André Derain fue un personaje importante de las vanguardias artísticas francesas, en los periodos en los que París fue capital artística mundial. De él se conocen perfectamente las obras pictóricas, especialmente cubistas. Pero Derain también tuvo una faceta de escultor.
El Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, presenta en España hasta el 23 de febrero una exposición Andre Derain, elaborada por la “Fondation de l´Hermitage de Lausanne” y comisariada por Rudolph Koella.
La muestra resalta la faceta escultórica de la obra de André Derain y su importante relación para el desarrollo de sus diferentes etapas pictóricas.
Esta selección de esculturas es de las más completas que se han presentado al público hasta la actualidad. Reúne 95 obras entre su obra escultórica y una amplia selección de pinturas, dibujos, grabados, acuarelas y cerámicas, estructurada en tres grandes secciones:
El periodo fauvista, 1904-1906;
Del Cubismo al Neoclasicismo, 1907-1920;
Y la Manera primitivista, 1918-ca.1940.
Las obras provienen de colecciones y museos europeos y americanos. El catálogo editado con motivo de la muestra esta ilustrado con las reproducciones de las obra expuesta, y la aportación textual de Jacqueline Munck, conservadora del Musée d´Art Moderne de París; Philippe Chabert, director del Musée d´Art Moderne de Troyes; Mathias Frehner, director del Kunstmuseum de Bern y Rudoph Koella comisario de la exposición.
Un notable fauvista.
André Derain (Chatou, 1880-Garches 1954) fue uno de los máximos exponentes del fauvismo. El inicio de su obra pictórica está marcado por la indicación de Vlaminck de “pintar por instinto”. En sus lienzos aparece el color puro, saturado, aplicado en grandes superficies, sin claroscuro, sin sombras.
En 1905 sus obras, junto con las de Vlaminck, Matisse, Van Dongen o Rouault, recibieron el calificativo de fauves antes incluso de que el grupo se hubiera formado como tal.
En su época fauve, Derain supo conjugar la radicalidad de sus planteamientos con un refinamiento natural en él. Sin embargo, pronto comenzaría a dudar de las posibilidades del movimiento fauve. Su interés por el cubismo y por el arte africano que descubrió junto a Picasso fue en aumento.
Su producción escultórica, iniciada tempranamente, se intensificó durante la primera guerra mundial en forma de máscaras talladas en el cobre procedente de los restos de armamento.
A partir de 1939 se dedicó con mayor entusiasmo a la escultura, reflejando en sus obras su interés y su estudio de la estatuaria arcaica y del arte africano, en su voluntad de crear una síntesis propia de los grandes estilos del pasado.
Esculturas arcaicas talladas en madera, tótems de hierro, terracotas y máscaras en cobre de claras connotaciones africanistas y primitivistas expuestas en valencia permiten conocer un poco más a Derain y contemplar la pluralidad de estilos y técnicas del siglo XX.
El director del IVAM, Kosme de Barañano, aseguró que esta selección de esculturas "es de las más completas que se han presentado al público hasta la actualidad" y dijo que la muestra "permite recuperar y arroja una nueva luz sobre la obra de Derain, cuya formidable complejidad se nos presenta como una virtud imprescindible para comprender los diversos movimientos por los que ha transitado el arte del siglo pasado".
El comisario y crítico de arte alemán, Rudolph Koella, indicó, por su parte, que Derain "aún se encuentra entre las personalidades artísticas más controvertidas de la modernidad” e indicó que la muestra hace hincapié en la producción escultórica de Derain, "un pasatiempo solitario e íntimo que muy pocos conocen, a pesar de que llegó a realizar más de 150 obras con distintas técnicas y materias".