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SAUL STEINBERG EN EL IVAM

En el IVAM, Sala de la Muralla, se presenta una muestra sobre Saul Steinberg, del 5 de febrero al 19 de marzo; una exposición que recrea los dibujos ácidos y corrosivos del polifacético creador rumano

Es comisaria de la misma Dore Ashtonm, catedrática de Historia del Arte en The Cooper Union School for the Advancement of Science and Art. Está organizada por el Instituto Valenciano de Arte Moderno IVAM en colaboración con la Fondazione Europea del Disegno, Meina (Italia).

La exposición de Saul Steinberg reúne un conjunto de 90 dibujos en la primera muestra que un museo español dedica a este polifacético artista cuyo talento gráfico marcó la historia y la evolución del dibujo en el siglo XX. Artista que desarrolló un metalenguaje del objeto del expresionismo abstracto, en sus pinturas que escondían una iconografía propia sobre la forma y estructura del gesto, según palabras de John Hollander.

El catálogo reproduce las obras expuestas y publicará textos de Dore Ashton, Valerio Adami, Colin Eisler, Italo Calvino, extractos de un ensayo de Roland Barthes y una selección de cartas de Saul Steinberg.

Saul Steinberg (Ramnicul Sarat, Rumanía 1914 - Manhattan 1999) hijo de un impresor y encuadernador de libros, estudió sociología y psicología en Bucarest en 1932, doctorándose finalmente en arquitectura en Milán en 1940. Fue en esta época de estudiante cuando empezó a diseñar cómics para el periódico Bertoldo y otras publicaciones americanas. En 1941 llegó a Nueva York, huyendo del fascismo italiano, teniendo la buena fortuna de poder dibujar, en poco tiempo, tiras cómicas para los periódicos The New Yorker y PM. Dos años después expone por primera vez en la Betty Parsons Gallery de Nueva York. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Office of Strategic Services le envió de vuelta a Europa para dibujar cómics antifascistas, algunos de los cuales se dispersaron entre las filas enemigas.

Tras su regreso a los Estados Unidos en 1946, Steinberg recibió un merecido reconocimiento a su labor al ser incluido en la exposición Fourteen Americans, celebrada en el Museum of Modern Art de Nueva York. Sus dos primeros libros All in Line (1945) y The Art of Living (1949) recogen los dibujos y los primeros collages que Steinberg publicó en periódicos y revistas tales como The New Yorker, The Architectural Forum, Harper´s Magazine, Life, Harper´s Bazaar, House and Garden, Vogue, Liberty y Mademoiselle, donde sus bromas visuales –exentas de crítica social– evolucionan hacia formas más elaboradas. Más tarde, Steinberg publicó The Passport (1954) que recogía el trabajo realizado por el caricaturista entre 1948 y 1954. The Passport es una maravillosa crítica de los documentos burocráticos y de las ilegalidades que de estos mismos se derivan, así como de los problemas de identidad que sufren los inmigrantes en Estados Unidos y, en concreto, el colectivo artístico procedente de países del este europeo e Italia, definidos como "cosmopolitas sin raíces". Con este libro, Steinberg manifiesta sus reflexiones no solamente sobre las interrelaciones entre arte y vida, sino sobre los diferentes modos de arte de forma satírica y cómica. Otras publicaciones bien conocidas del artista son The Labyrinth (1960), The New World (1965), Le Masque (1966) y The Inspector (1973).

Harold Rosenberg definió a Steinberg como un escritor de imágenes, un arquitecto de la palabra y los sonidos, un artesano de reflexiones filosóficas, en definitiva, un virtuoso de los intercambios de identidad. Como comentó Gombrich, no se puede adjudicar "un significado a sus líneas sin caer en la contradicción" ya que las contradicciones son "uno de los muchos aparatos humorísticos que Steinberg utiliza para producir el choque de la risa". Steinberg desarrolló, entre otras cosas, un metalenguaje del objeto del expresionismo abstracto, sus pinturas escondían una iconografía propia sobre la forma y la estructura del gesto según palabras de John Hollander. Es, para Gombrich, en sus dibujos y no en las palabras donde mejor muestra su ingenio, su proceso de lectura se apoya en el título de la ilustración, en la broma visual y en los mismos signos gráficos, destacando en todo momento su gran simplicidad en la línea. En sus caricaturas da su particular punto de vista en aspectos tan diversos como caligrafía, tipografía, vestimenta, comportamientos y lugares. A raíz de esto Dore Ashton señala que "el destino de Steinberg fue identificar la línea exacta para expresar su propio carácter simultáneamente con lo que observaba", dando, en ocasiones, un punto más satírico de lo habitual, que tan sólo un gran dibujante puede dar. Valerio Adami describe sus dibujos como un testimonio visual donde con su peculiar ironía es capaz de reflejar una escena dramática, cómica o absurda. Habla de su taller en Nueva York como un lugar "con todo lo que se necesita para hacer poesía; para hacer aquellos dibujos que exploraban geografías de países imaginarios, sellos de correos [...] otra realidad".

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