Carretera Madrid-Coruña a 1.225 metros de altidud, frente a Manzanal de Puerto, se gira a la derecha por un camino polvoriento (en mis recuerdos), ahora asfaltado, rodeado de un pinar y de prados verdeados, pronto aparece Ucedo
Al llegar a la altura del Toco, Ucedo aparece a la vista, un poco lejano, como envuelto en un capullo de verdura ; bajo la proteccion del imponente Manzarnoso, del ondulante Cueto, del estreñido Castro y de Cantarranas, tantas veces vencido por exploradores principiantes. A medida que se baja el Toco se descubre la Reguera y su abra de paz, sintonizada por el rumor del viento entre los chopos.
Entramos en Ucedo, sur arteria principal serpentea, rodeada de un lado a otro de casones, en ruinas, vestigos de otros tiempos, de casas arregladas, acomodadas y modernizadas por los escasos habitantes que aun residen en el "pueblin ", pero sobre todo, por los descendientes de aquellos " peruyos " que se fueron a probar fortuna por otras tierras o simplemente en busqueda de climas mas templados.
Qué alegria ! Qué ilusion ! de reencontrarse de un verano a otro, de mantener el lazo, el hilo que une a pesar de la lejania, de entregar en herencia a las generaciones futuras su procedencia !
La Plaza, eje de todas las calles, de todos los caminos ! Dicen que todos los caminos llevan a Roma ! En Ucedo, todos llevan a la Plaza ! En ella se encuentra la imponente torre, de estilo romanico, totalmente de piedra y un repique de campanas muy caracteristico.
Bajando por la tercera calle abajo, pasamos delante de la Fuente con su estructura de piedra, a la cual, hasta principios de los años setenta, se iba a su cauce a buscar el agua potable. En mi niñez, recuerdo que era un lugar encantado y sobre todo de charla y reunion de las mujeres y niños del pueblo. Si seguimos calle abajo, la mayoria de las casas, cuadras y pajares estan caidas, quizas sean de las mas caracteristicas del estilo cepedano.
Al salir del pueblo, despues de unos prados de pasto se encuentra el cementerio, donde todos los antepasados, velan en un eterno descanso. Llegamos a la cruzada de dos caminos: uno nos dirije hacia Brañuelas que se encuentra a ocho kilometros después de atravesar el manto del Cueto, un denso pinar, el segundo nos lleva direccion al Valle, sus risueños riachuelos, sus verdes pastos y un bosque de encinas. Después de atravesar el enrramado Valle, llegamos a la Canalina. La Canalina, sus Molinos, su Fuente, chorreante, libre, refrescante…Cuantas sedes ha saciado la fuente de la Canalina !!!
La Canalina es como una joya envuelta en un estuche representado por el Cueto y Peñaloso.
Costeando el Cueto, un camino de polvo rojo amarillento nos lleva hasta Balbuena, Porqueros y Villagaton..…
Ucedo,es un sinfin de rincones, de barrios : la Plaza los Bolos (deporte favorito de aquellos tiempos), la Picota, el Teselin, las Eras…
Desde cualquier lugar que se mire Ucedo es una paleta digna de un pintor : praderas florecidas en primavera, campos rubios de trigales en verano, montes malvados de urces en otoño y su manto de armiño en invierno.
Las cuatro estaciones de Vivaldi, con la rumorosa sinfonia de sus riachuelos, del tintorreo de sus becerros por el monte y de vez en cuando el aullar de algun animal salvaje o domestico. Ese es el misterio !
Toulouse, diciembre 2002 P. GARCIA LACOUR