El palacio de los Álvarez de Escarpizo, familia que desde el siglo XVI tuvo privilegios señoriales sobre un pequeño territorio del entorno de Otero de Escarpizo, necesitaría unos 480.000 euros para ser reconstruido y adecuado a una dedicación cultural.
Ana Gaitero, periodista de Diario de León, ha publicado un amplio reportaje sobre el tema, en el que comenta que ya se cuentan con 4.000 euros para tratar de consolidar los restos de cubierta, exigua cantidad que de momento no ha encontrado quien se haga cargo de esta mínima tarea.
Esta ayuda (unas 800.000 pesetas) ha sido destinada a la casa-palacio por el Instituto Leonés de Cultura.
Los Álvarez de Escarpizo –oriundos de Revilla- compraron el señorío de Otero a la Corona de España en una pequeña desamortización del tramo final del siglo XVI. Este señorío afectaba a territorios de Otero, La Carrera, Palaciosmil y Villaobispo.
Posteriormente perdió la autoridad sobre Palaciosmil, que en el catastro de Ensenada ya se da como integrante del gran señorío de la comarca, el de La Cepeda.
Aunque habitado por los Álvarez de Escarpizo, el edificio es denominado, muy habitualmente, de los Pernía por una interpretación histórica. Los Pernía era una familia de baja nobleza que emparentó posteriormente con los Álvarez de Escarpizo y que utilizó precisamente las propiedades de Otero para ratificar esa condición nobiliaria.
La casa de los Álvarez de Escarpizo parece ser de la época de los inicios del Señorío. También de entonces sería la bella capilla de la iglesia de Otero, de estilo renacentista, que fue levantada por el propietario del señorío. Es ésta, sin duda, una de las escasas joyas renacentistas de la comarca.
Esta casa-palacio de Otero, junto con el palacio de los señores de Valedamagaz, en Benamarías, son los dos únicos edificios señoriales de algún valor –sobre todo histórico- de la comarca cepedana.
La comarca estaba hasta el XIX bajo cuatro jurisdicciones: el pequeño señorío de Otero, el señorío de La Cepeda (ayuntamientos de Valdesamario, Villagatón, Quintana del Castillo y Villamejil), el señorío de Valdemagaz, ayuntamiento de Magaz, y el alfoz de Astorga( pueblos de Brimeda, Sopeña y Carneros).
Hay un bello proyecto para la casa-palacio de Otero, un bello rescoldo de historia, y ha sido creado un patronato a tal efecto, que preside el alcalde de Otero de Escarpizo, Joaquín Llamas, y en el que se han integrado diversos consejeros, varios de ellos de La Cepeda. Sería una fortuna para la comarca la salvación del emblemático edificio.
En el proyecto de salvación figura la creación de un museo etnográfico. No lejos del lugar, el artista cepedano Benito Escarpizo almacena una excelente colección de útiles de nuestros antepasados, que se podría complementar con elementos de toda la comarca. La Cepeda es una “isla” en la que el propio inmovilismo facilitó que hayan perdurado notables elementos de la cultura tradicional, aunque en grave peligro a causa de la despoblación, que está desertizando prácticamente a numerosas poblaciones, sobre todo del norte de la comarca, las más vivas en los siglos pasados.