A través de una amplia selección de objetos , mobiliario, fotografías, maquetas arquitectónicas o películas, la muestra recorre y descubre desde el interior de las tiendas de campaña de los nómadas del desierto a los asentamientos rurales como los casbah marroquíes o a las espléndidas casas de Marraquetch, El Cairo o Damasco
Acompañando a la muestra se ha editado un completo catálogo con ensayos de reconocidos especialistas en las tradiciones árabes, como Sébastien Boulay, Karin Pütt, Katrin Adolph, Eugen Wirth, Stefano Bianca, Annegret Nippa y Mateo Kries, e ilustrado con fotografías espectaculares de Deidi von Schaewen.
La exposición testimonia la diversidad de hábitats de Marruecos, Siria y la Península Arábiga: desde las tiendas de los nómadas Tuaregs y Beduinos a los edificios construidos en el siglo XX por arquitectos como Asan Fathy, Elie Mouyal o Abdelwahed El-Wakil, pasando por las cashba marroquíes o las suntuosas casas con patio de las ciudades de Marrakesh, Damasco o El Cairo.
Se compone de una amplia selección de objetos como mobiliario, fotografías, maquetas arquitectónicas o películas. Estas maquetas y estancias en las que el visitante puede entrar, le llevan a descubrir estas construcciones diversas, además de objetos de la vida cotidiana, como cerámicas, textiles, instrumentos y los elementos arquitectónicos que le llevan a conocer los hábitos de vida dentro de estos hábitats tradicionales.
En ella, están representados grupos étnicos como los bereberes o los beduinos, entre otros. Además, da una idea de la importancia del color, los iconos o los símbolos en la cultura doméstica árabe así como la modernidad de algunas de sus construcciones u objetos sin olvidar la gran capacidad de asimilación de otras culturas.
Con los interiores de mansiones privadas, la exposición abre al visitante a una esfera del mundo árabe prácticamente desconocida. Visto que ningún aspecto de la vida cotidiana nos es familiar en nuestro propio entorno doméstico, la comparación permite al visitante de la exposición hacerse una imagen propia de la vida cotidiana dentro del mundo árabe. Se perciben entonces que los problemas a los que debe responder el diseño son siempre los mismos: aquellas soluciones que reclaman las diversas acciones de la vida cotidiana: dormir, comer, los trabajos domésticos, etc.
En respuesta a estas exigencias, la rica tradición de los habitats árabes da muestras de una modernidad sorprendente, desde las formas sencillas de numerosos objetos, la utilización multifuncional de los espacios y de las cosas hasta los sistemas de climatización o de gestión del consumo del agua. Arquitectos como el egipcio Asan Fathy y el marroquí Rlie Mouyal han integrado un gran número de estas soluciones en sus propias construcciones, combinándolas con elementos de la arquitectura moderna. La influencia de la época moderna ha sido fuerte gracias a la obra de arquitectos como Jean-François Zévaco, Edmond Brion, Wolfgang Ewerth, Michel Ecochard, Yona Friedman, Frei Otto y algunos más. A partir de los años 30 del siglo XX, ellos utilizaron los países árabes como campo de experimentación importante, donde desarrollaron un estilo internacional. Los proyectos de casas de Arata Isozaki o de Studio 65 dentro de la península arábiga, así como el Instituto del Mundo Árabe de Jean Nouvel de París, son testimonio de la importancia que tiene hoy en día el mundo árabe para la arquitectura internacional.
Pero la exposición presenta igualmente los inconvenientes de una modernización radical de la arquitectura árabe, el decaimiento de barrios enteros en las ciudades, el éxodo rural y la uniformidad de ciertas ciudades dormitorio.
Atrae, además, la atención sobre el hecho de que los países árabes disponen de un gran abanico de soluciones en armonía con sus propias tradiciones para llevar a cabo una modernización razonable y duradera de su arquitectura y de sus hábitats. Y, por otra parte, se puede aprender una gran virtud de Oriente: la hospitalidad.
La exposición está patrocinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores Alemán. Es una colaboración con el Aga Khan Trust for Culture, Ginebra así como la Fondation Arabe pour l´Image de Beirut y se subvenciona con medios del fondo cultural de la capital.