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Ramon Casas. La modernidad anhelada

Palma, 19 de julio de 2017
CaixaForum Palma conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Ramon Casas (1866-1932) con una exposición que, a través de 88 obras tanto de Casas como de artistas coetáneos, presenta un reencuentro con la obra del pintor que mejor supo captar el anhelo por la modernidad que caracterizó la Cataluña de finales del siglo XIX y principios del XX, en un nuevo tiempo en el cual la idea de modernidad llamaba a las puertas de la historia.

Con una actitud a veces bohemia, otras veces socarrona, Ramon Casas encarna en su obra y personalidad una firme declaración de adhesión a la propuesta surgida en el decurso de las últimas décadas del siglo XIX. Con una confianza optimista en las posibilidades tecnológicas que ofrecía el mito del progreso, la obra de Casas fue permeable a la asimilación de gran número de influencias como el cartel, la fotografía o la estampa japonesa.

La exposición en CaixaForum Palma permite entender la singularidad del artista, una de las grandes figuras que contribuyeron a la internacionalización de la pintura catalana de finales del siglo XIX. Junto con artistas como Santiago Rusiñol, Casas realizó una aportación muy destacada al objetivo de convergencia con los movimientos europeos. El pintor ha permanecido en el imaginario popular de la cultura catalana como icono nacional de artista moderno, aunque es importante matizar que Casas también acabó aceptando la lógica de la demanda burguesa, que prefería un arte que transmitiera valores de orden inmutables, que garantizaran la continuidad de los privilegios de clase.

"Ramon Casas. La modernidad anhelada" incluye una selección de dibujos, carteles y cuadros del pintor y los compara con artistas contemporáneos en un ejercicio de comparación que sirve para presentarlo dentro del contexto europeo y aportar más elementos para valorar la verdadera dimensión de su creación artística.

Se unen a las 88 obras un grupo de 40 fotografías de época que sirven para situarse dentro el contexto social y cultural del periodo en que vivió el artista.

Los inicios de la carrera artística de Casas estuvieron marcados por su decisión de viajar a estudiar a París con solo 15 años. En este contexto de la década de 1880, el contacto con el principal centro artístico europeo le permitió conocer un abanico muy rico de lenguajes y tendencias creativas a las que fue muy permeable.

El joven Casas adoptó un registro poético ecléctico e indeterminado, en un predominio de los ejercicios autorreferenciales donde predominan los retratos familiares, de amigos, de todo aquello que le permite autoafirmarse como pintor, con el objetivo de hacer un autodescubrimiento fundamentado en las miradas y las referencias deudoras de las obras de otros pintores.

En enero de 1897 abre sus puertas en la calle Montsió de Barcelona la cervecería Els Quatre Gats, centro irradiador de un modelo cultural alternativo dedicado a estimular la libertad y la creatividad artística, según el modelo del famoso cabaret parisino Le Chat Noir. Durante este periodo el artista vivió un momento de una intensa productividad. Con sus creaciones populares Casas creó la marca publicitaria de la taberna y supo dar visibilidad a buena parte del imaginario del grupo bohemio formado por él, Romeu y Rusiñol. Este episodio de la historia cultural de Barcelona fue una de las aportaciones más originales y estimulantes de la modernidad artística catalana.

A pesar de ser un pintor cosmopolita y receptivo a las corrientes pictóricas internacionales, Casas se sintió atraído por motivos pintorescos populares, como escenas taurinas o tipologías de majas y toreros, el circo y los espectáculos populares, que permitían la conexión con unas formas de recreo muy arraigadas en el imaginario popular y que desvelaron el interés de las nuevas generaciones de artistas.

Gran especialista en el cultivo del género del retrato, Casas convirtió la imagen de la mujer en uno de los motivos artísticos más habituales de su trayectoria. En su búsqueda del ideal estético de belleza femenina predomina el perfil de la mujer sofisticada, refinada, elegante y coqueta, próxima al decorativismo del estilo 1900. Esta ambientación de sofisticación, lujo y riqueza nos sumerge en una sociedad que tiene el hedonismo como valor muy estereotipado del decadentismo de finales del siglo XIX. Sin embargo, junto a este arquetipo también emerge un modelo de mujer emancipada, activa, que tiene un papel más acorde con la vida moderna y a quien le gustan actividades alejadas de la imagen tradicional.

Ramon Casas. La modernidad anhelada
Hasta el 22 de octubre de 2017
CaixaForum Palma
Plaza de Weyler, 3

Ramon Casas Carbó Júlia en granate, c. 1906. Óleo sobre tela Colección Círculo Ecuestre, Barcelona

Ramon Casas Carbó Júlia en granate, c. 1906. Óleo sobre tela Colección Círculo Ecuestre, Barcelona

Ramon Casas Carbó. El patio, c. 1900. Óleo sobre tela. 69 x 43 cm Colección particular

Ramon Casas Carbó. El patio, c. 1900. Óleo sobre tela. 69 x 43 cm Colección particular

Ramon Casas Carbó. Ámbar y espuma, 1898. Lápiz conté, tinta china, pastel, acuarela y temple de cola sobre tela. 130 x 197 cm. Colección particular Codorniu

Ramon Casas Carbó. Ámbar y espuma, 1898. Lápiz conté, tinta china, pastel, acuarela y temple de cola sobre tela. 130 x 197 cm. Colección particular Codorniu

Ramon Casas Carbó. Baile en el Moulin de la Galette, 1890-1891 Óleo sobre tela. 100,3 x 81,4 cm. Museu del Cau Ferrat, Sitges

Ramon Casas Carbó. Baile en el Moulin de la Galette, 1890-1891 Óleo sobre tela. 100,3 x 81,4 cm. Museu del Cau Ferrat, Sitges

Ramon Casas Carbó. Flores deshojadas, 1894. Óleo sobre tabla. 80 x 100 cm.Colección Ruiz Gallardón Albéniz

Ramon Casas Carbó. Flores deshojadas, 1894. Óleo sobre tabla. 80 x 100 cm.Colección Ruiz Gallardón Albéniz

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