Madrid, 22 de junio de 2017
Pablo Picasso encontró en el mar Mediterráneo una fuente inagotable de inspiración. Sus paisajes, la mitología, el clasicismo, la playa, la tauromaquia... son algunos de los temas reflejados en esta muestra, compuesta por grabados, ilustraciones y cerámicas procedentes de la Fundación Picasso – Museo Casa Natal de Málaga.
Las 91 obras recogidas reflejan perfectamente dos señas de identidad de la obra de Picasso: un lenguaje completamente personal y el peso de la cultura mediterránea en su producción artística.
La exposición se articula a través de 4 secciones que muestran la relación del artista malagueño tanto con la tradición cultural del Mediterráneo como con sus pueblos y ciudades y los paisajes de los que disfrutó gran parte de su vida.
Durante sus años en Francia, Picasso acostumbraba a pasar sus vacaciones fuera de París en distintos destinos de la costa Mediterránea. Las vistas que disfrutaba le traían recuerdos de su Málaga natal y de la Barcelona de su juventud. 
Otro de los temas relacionados con el Mediterráneo es la tauromaquia. Picasso fue un gran aficionado a los toros y sentía auténtica fascinación por todo lo relacionado con el mundo taurino, una constante en su obra.
La afición a la tauromaquia de Picasso se debe a la influencia de su padre, que desde pequeño lo llevó a corridas de toros en su Málaga natal. El mundo taurino protagoniza sus primeros dibujos y se convierte desde entonces en uno de los motivos recurrentes de su arte además de una síntesis de la evolución artística del artista a lo largo de su vida.
El desnudo, en un estilo heredero de la iconografía griega y romana, es el protagonista de otro de los apartados de la exposición.
Picasso rompe con todos los prejuicios y códigos sobre la representación del desnudo y el erotismo, impregnando de libertad y sensualidad su obra. En ella se exalta el equilibrio del cuerpo, tanto en ilustraciones como en obras en cerámica. 
La presencia del mito clásico a lo largo de la trayectoria de Picasso es constante, atrayéndole figuras como el minotauro, el centauro o el fauno. Sin embargo, a la hora de representar estas criaturas, pocas veces se ciñó a los cánones del mito clásico. En su lugar, reinterpretó la tradición para romper con ella y presentar nuevos valores. En sus obras vemos a estos personajes mitológicos protagonizar escenas felices, repletas de vitalidad, danza y exaltación del disfrute.
La obra de Picasso siempre mantuvo un hilo conductor con la temática clásica. Oriente Medio, el rincón del Mediterráneo donde surge la cultura occidental y desde el que se proyectan los primeros mitos de la cultura europea, tiene presencia en la obra del malagueño. El mundo grecolatino, punto de partida del arte europeo y base del aprendizaje académico del propio Picasso también está presente en la muestra, así como la referencia al mundo árabe, muy en boga en los años de infancia y adolescencia de Picasso por la expansión colonial de las potencias europeas y el auge de la pintura orientalista.
Picasso y el Mediterráeno
Fundación Canal
Hasta el 15 de agosto de 2017 
Pablo Picasso. El toro, 1945. Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017.
Pablo Picasso. Pan, 1948. Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017.
Pablo Picasso. Gran Pez, 1956. Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017.
Pablo Picasso. Luchador con lanza y escudo, 1960. Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017.