Madrid, 23 de junio de 2017
El 20 de noviembre de 1907 se presentó en el Teatro Real de Madrid la ópera Madama Butterfly, de Giacomo Puccini. Después de ciento diez años de la representación, el Museo Thyssen-Bornemisza organiza una pequeña exposición que podrá verse hasta el 27 de agosto de 2017, y en la que se presenta medio centenar de pinturas, carteles, estampas, porcelanas, fotografías, complementos de moda y libretos teatrales procedentes del Museo Nacional de Artes Decorativas, el Museo ABC, el Museo de las Artes Escénicas del Institut del Teatre y el Centro de Documentación y Archivo de la SGAE, entre otros.
Tras casi dos siglos y medio de aislamiento, a mediados de la década de 1850 Japón se vio forzado por Estados Unidos a abrir sus puertas a Occidente. La fuerte impronta cultural de Japón se empezó a notar a través de su participación en las Exposiciones Universales de Londres (1862) y París (1867).
Artistas como James McNeill Whistler, Édouard Manet, Claude Monet, Eduardo Zamacois, Raimundo de Madrazo o Mariano Fortuny sintieron la fascinación por el arte japonés, lo que influyó de manera determinante en el curso del arte moderno. 
Las clases altas mostraron pronto interés por los objetos de Japón. Gabinetes y salones japoneses se pusieron de moda en palacios y mansiones nobiliarias de fin de siglo, como el del palacio de Santoña, la residencia de Cánovas del Castillo o el palacete de la infanta Dña. Eulalia de Borbón.
Dentro de un coleccionismo de carácter más enciclopédico, también el marqués de Cerralbo atesoró en su palacio madrileño armas, armaduras y otros objetos japoneses. Afincado en Madrid desde 1889, Joaquín Sorolla contó asimismo en su colección personal con varias obras de origen japonés, entre las que se encontraba un magnífico álbum de grabados surimono presente en la exposición.
El interés por el País del Sol Naciente aumentó a finales del siglo XIX y comienzos del XX, fruto de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Las costumbres y modos de vida nipones se hicieron populares, y decoraban carteles e ilustraciones, así como accesorios de moda tales como abanicos y sombrillas.
En el mundo teatral abundaron las operetas de temática japonesa. En 1901, abrió al público un local de variedades apodado “Salón Japonés”, y un año después se estrenó en el Teatro Real la ópera Iris, de Pietro Mascagni.
Pero, sin duda, uno de los hitos principales del japonismo madrileño fue el estreno de Madama Butterfly, en noviembre de 1907. En la muestra se exhiben, entre otros objetos, el programa de mano y la adaptación al español de la obra, además de siete figurines realizados por Joaquín Xaudaró para la representación.
Madama Butterfly y la atracción por Japón. Madrid, 1868-1915
Hasta el 27.08.2017
Museo Thyssen-Bornemisza
Paseo del Prado 8, Madrid
Raimundo de Madrazo y Garreta. La Lectura (Aline Masson), h. 1880-1885.
Pedro Sáenz y Sáenz. Crisantemas, h. 1900.