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Llegó la Cumbre de Johannesburgo

Cumbre de Johannesburgo

Por Artemio Artigas

Johanneburgo. Suráfrica. 24 de agosto de 2002.

La cumbre de Johannesburgo se inicia con un panorama poco positivo. Estados Unidos no parece encaminado a emprender una política más social y ecológica. Los expertos esperan que la Unión Europea siga liderando una posición de defensa de la Tierra. Si no ocurriera esto, Johannesburgo se saldaría con un balance triste.

La señal más evidente del boicot encubierto de la Casa Blanca ha llegado por parte de Bush, quien no acudirá a la Cumbre de Desarrollo Sostenible, dando la espalda al encuentro de jefes de Estado o de Gobierno. En su lugar acudirá su secretario de Estado, Colin Powell. Su rango reduce las esperanzas de alcanzar acuerdos de alto nivel político.

Un encuentro mundial clave

Un centenar de jefes de Estado o de Gobierno y miles de participantes de todo el mundo se reunirán en Johannesburgo (Suráfrica) para debatir nuevas iniciativas para el desarrollo sostenible. La Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible tendrá lugar entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre y se celebra 10 años después de que los representantes de los Gobiernos se reunieran en la llamada Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro.

Hace diez años los reunidos aprobaron la llamada la Agenda 21, que marcó las directrices para lograr un desarrollo sostenible y un progreso a través de la integración de aspectos económicos y sociales con los medioambientales.

La cumbre será abierta por el presidente de Suráfrica, Thabo Mbeki, y el secretario general de la Conferencia y subsecretario para Asuntos Económicos de la ONU, Nitin Desai. Luego, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, participará en la apertura de la fase de mayor nivel de la conferencia, el 2 de septiembre.

Annan identificó las cinco áreas claves que se abordarán en la conferencia y que son: el suministro de agua potable, la energía, la salud, la productividad agrícola, así como la biodiversidad y la gestión del ecosistema.

El interés por la Cumbre de Johannesburgo ha superado las expectativas, especialmente por parte de las ONG, que con más de 20.000 personas registradas, se unirán a las delegaciones de los Gobiernos y a directivos de empresas que participarán en eventos paralelos. Tal magnitud del encuentro generará inevitables problemas organizativos.

Las organizaciones ecologistas y antiglobalización apuntan aspectos críticos.

Greenpeace ha hablado de la necesidad de que los estados controlen a las multinacionales. Las catástrofes ecológicas, crónicas o inmediatas, causadas por las prácticas empresariales irresponsables, se están haciendo más frecuentes. Las sociedades transnacionales han aprendido a restar importancia a los daños y a centrar su atención y su responsabilidad en las compañías locales para así evitar la responsabilidad civil o criminal.

Para frenar estos abusos, los Gobiernos deben actuar globalmente y asegurar que tanto las sociedades multinacionales como las nacionales sean consideradas responsables de sus acciones, especialmente en los países en desarrollo y en los países con economías en transición, en los que las empresas funcionan en ambientes menos regulados.

Greenpeace pide a los gobiernos que adopten los principios de Bhopal sobre Responsabilidad Corporativa. Los Estados son, en última instancia, los responsables del bienestar social, y no deben transferir esta responsabilidad al sector privado. Por desgracia, eso es precisamente lo que -cada vez más- están haciendo, al confiar en acuerdos voluntarios y no desarrollar instrumentos internacionales para evitar que las sociedades multinacionales a través de los vacíos de las leyes nacionales. Las pocas iniciativas voluntarias que algunas empresas se muestran dispuestas a cumplir, como la Iniciativa Global de Información, las directrices de la OCDE y el Compacto Global de la ONU, no son en absoluto suficientes.

Sostiene la organización ecologista que aunque las compañías se benefician del mercado global para potenciar sus negocios, no asumen globalmente sus responsabilidades. Por tanto, los movimientos actuales para asegurar la sostenibilidad requieren un instrumento internacional de responsabilidad corporativa legal y económica. Ahora es el momento de crear esta herramienta que garantice los derechos y los deberes, la obligación de informar, el control y la verificación de un comportamiento corporativo coherente; que abarque, entre otros puntos, la indemnización por daños, la reparación, el derecho a la información y el respeto a los derechos humanos y comunitartios.

El líder antiglobalización José Bové expresó sus dudas de que se alcance alguna solución en la próxima Cumbre sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo y alertó de la posibilidad de discursos "sin ningún efecto". En su opinión, es la Organización Mundial de Comercio (OMC) "la que controla la posibilidad de llevar a cabo otras formas de desarrollo y desgraciadamente, la OMC no persigue que cada país se pueda desarrollar como considere, sino que pretende imponer un modelo económico que va en contra de la capacidad de las poblaciones para desarrollarse". El dirigente agregó que, desde la creación de la OMC, no ha dejado de aumentar el desequilibrio entre países ricos y pobres.

En la prestigiosa revista médica británica "The Lancet", su director, Richard Norton, expone una propuesta para crear una "Organización para el Desarrollo Global", Norton sostiene en su texto que las agencias contra la pobreza que pertenecen a las Naciones Unidas son demasiado grandes y poco operativas, y están sometidas a los intereses de ONU.

En Johannesburgo, los líderes de los principales países intentarán diseñar una estrategia para paliar la pobreza en el planeta, pero, según Norton, los objetivos que se fijen serán imposibles de cumplir sin la existencia de un organismo global.

"Koffi Annan, el secretario general de la ONU, reconoce que los proyectos para el desarrollo que se han implementado hasta ahora no han dado el resultado esperado", declaró Norton a la BBC. "Grupos como el Programa de Desarrollo de la ONU están limitados por la política y no pueden pedir, por ejemplo, la democratización del Banco Mundial, porque tienen miedo de ofender a alguien importante", agregó el responsable de "The Lancet".

Retos y esperanzas

La Cumbre concentrará la atención del mundo en las medidas que deben adoptarse para lograr el desarrollo sostenible.

El desarrollo sostenible abarca muchos retos. ¿Cómo podemos mejorar la vida de las personas y conservar nuestros recursos naturales en un mundo con una población cada vez más numerosa y una demanda cada vez mayor de alimentos, agua, vivienda, saneamiento, energía, servicios de salud y seguridad económica? Los países tienen que reexaminar sus modalidades de producción y consumo, comprometerse a fomentar un crecimiento responsable y ecológicamente racional, y a trabajar juntos para ampliar más la cooperación transfronteriza a fin de intercambiar experiencias, tecnología y recursos. Estos cambios pueden y tienen que producirse para que nuestro planeta y su población puedan prosperar.

Todos los sectores de la sociedad tienen un papel que desempeñar para convertir esta visión en realidad. En el Programa 21 se reconoce que las mujeres, los niños y los jóvenes, las poblaciones indígenas, las organizaciones no gubernamentales (ONGs), las autoridades locales, los trabajadores y sus sindicatos, el sector comercial e industrial, la comunidad científica y tecnológica y los campesinos son los grupos principales cuyo aporte y participación es fundamental para obtener buenos resultados en materia de desarrollo sostenible. Cada uno de esos grupos estará trabajando en Johannesburgo con miras a cimentar un futuro en el que se protejan los recursos naturales y en el que la prosperidad y la salud estén al alcance de todos los ciudadanos del mundo.

La Cumbre de Johannesburgo concentrará la atención en transformar los planes en medidas concretas. En la Cumbre se evaluarán los obstáculos que entorpecen el progreso y los resultados alcanzados desde la Cumbre para la Tierra de 1992. La Cumbre brinda la oportunidad de basarse en los conocimientos adquiridos en el último decenio y da un nuevo impulso al compromiso de proporcionar recursos y adoptar medidas concretas para lograr la sostenibilidad.

Algunas cifras para pensar.

--En los últimos cincuenta años muchos países han alcanzado logros económicos sin precedentes. Pero los persistentes problemas en materia de pobreza y desarrollo, agravados por las consecuencias indirectas de la rápida expansión de algunas economías y sociedades, están ejerciendo una enorme presión sobre los recursos humanos y naturales del mundo. Por ejemplo:

--En el planeta viven más de 6.000 millones de personas, cifra que ha crecido en un 140 por ciento en los últimos 50 años. Para 2050, se prevé que la población del planeta ascienda a 9.000 millones de personas.

--Una quinta parte de la población del mundo tiene que sobrevivir con menos de un dólar al día.

--Cerca de 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua apta para el consumo. El 10 por ciento de las enfermedades en los países en desarrollo se debe al agua contaminada y al insuficiente abastecimiento de agua.

--La mortalidad infantil es 10 veces más elevada en los países en desarrollo que en el mundo industrializado.

--En 1996, el 25 por ciento de las 4.630 especies de mamíferos y el 11 por ciento de las especies de aves del mundo estaban en peligro considerable de extinción.

Bosque amazónico. Foto de Greenpeace

Bosque amazónico. Foto de Greenpeace

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