Guiarte.com. Berlín, 18/04/2017
Abandonada prácticamente en el siglo VII, Ctesifonte fue una de las mayores ciudades mesopotámicas, ciudad que tuvo funciones de capital de los imperios iranio, parto y sasánida. Ahora quedan de la misma unas vastas ruinas entre las que emerge una grandísima arcada, la Taq-e Kesra, que no es sino parte de la cúpula que cobijaba el salón del trono del palacio real, la mayor cúpula construida en el territorio persa.
Esta ciudad, que fue una de las mayores del mundo estuvo largamente disputada desde tiempos de los imperios romano y bizantino, cuando competía con la misma Roma y con Bizancio. Capturada y reconquistada una y otra vez, su sino llegó con el dominio islámico, especialmente tras el auge de Bagdad, a pocos kilómetros de la antigua metrópoli.
El museo de Arte Islámico de Berlín, una de las alas del Pergamonmuseum, ha organizado una exposición para mostrar las influencias heredades en el arte islámico y para ello se exhiben especialmente materiales encontrados por los arqueólogos alemanes y americanos en el primer tercio del siglo XX en las investigaciones desarrolladas en las ruinas de la vieja Ctesifonte.
“La Herencia de los viejos reyes. Ctesifonte y las fuentes persas del arte islámico” se platea sobre varia interrogantes: ¿Cómo surgieron las culturas islámicas y el arte islámico? ¿Dónde radican sus raíces?.
En la presentación de la muestra se destaca que al igual que la religión islámica, el arte islámico también se construyó sobre sus predecesores en el Oriente Medio. Centrando la respuesta en Ctesifonte, el paisaje de ruinas 35 kilómetros al sur de Bagdad.
La vieja ciudad es un emblema de la grandeza y la caída del poderoso imperio sasánida, una gran potencia heredera de la antigua Persia, de la que se sabe relativamente poco. En el siglo VII d.C., las conquistas de los ejércitos árabes cambiaron fundamentalmente el equilibrio de los espacios de poder y también surgió una transformación cultural. La exposición muestra que la cultura existente no desapareció.
Comenzando con una vista panorámica del mundo alrededor de los inicios del siglo VII, introduce un paisaje cultural multicultural e ilustra cómo las viejas técnicas, ideas y motivos sobreviven en gran parte, y se adaptaron a las nuevas circunstancias, en tanto que otros conocimientos desaparecieron en la oscuridad de la historia.
La exposición también invita al visitante a considerar los problemas puramente prácticos de la investigación del pasado: cómo se puede identificar el cambio cultural a partir de los objetos arqueológicos, y qué dificultades encuentran los arqueólogos al intentar reconstruir el pasado.
La muestra fue concebida por el Museo de Arte Islámico como parte del proyecto "Fragmentos, Ruinas y Espacio: La Percepción y Representación de Espacios Antiguos en Contextos Modernos”.
Taq-e Kesra, sala arqueada del Palacio Real de Ctesifonte, Irak 1932 © Ctesifón Archivo / Museo de Arte Islámico Museos / Nacionales en Berlín
Pieza de plata con baño de oro, hacia siglo VII. © bpk / Museum für Islamische Kunst, SMB / Jörg P. Anders
Cabeza de caballo. Nizamabad, estuco, © bpk / Museum für Islamische Kunst, SMB / Johannes Kramer
Torso humano, sin cabeza. Ktesiphon, Kirche © bpk / Museum für Islamische Kunst, SMB / Johannes Kramer