Claudio Path. Guiarte.com. 19/10/2017
Gulangyu se halla en medio del estuario del río Chiu-lung, ante Xiamen, y por ello jugó un papel importante en las relaciones de China con las potencias comerciales extranjeras interesadas en el comercio a través del puerto de Xiamen, llamado Amoy en la antigüedad.
En la costa del mar de China Oriental, aquel fue un puerto muy utilizado por los europeos desde el siglo XVI, y sobre todo a partir de 1843, merced al Tratado de Nankín, que puso fin a la llamadas Guerras del Opio, consolidando esa posición de puerto de referencia para los extranjeros. Entonces, la cercana isla de Gulangyu, a 500 metros de la costa, se convirtió en un enclave para los occidentales asentados allá.
Según recuerda a la UNESCO, la designación de Gulangyu como un asentamiento internacional en 1903, hizo que esta isla del imperio chino se convirtiera de repente en una ventana importante del comercio exterior.
Gulangyu es hoy un ejemplo sobresaliente de la fusión cultural nacida de estos intercambios, un hecho que sigue siendo legible en su tejido urbano. En efecto, diferentes estilos arquitectónicos están representados en su pequeña geografía, incluyendo el estilo tradicional del sur de Fujian, el neoclásico, el modernismo y otras formas aportadas por los occidentales.
Como testimonio excepcional de la fusión de las diversas influencias estilísticas se definió un nuevo movimiento arquitectónico: el estilo Amoy Deco, síntesis entre las tradiciones locales, el estilo modernista de principios del siglo XX y el Art Deco. Esta línea arquitectónica influyó en una amplia área del continente.
El patrimonio de la isla se enriquece con los 931 edificios históricos de varios estilos arquitectónicos internacionales y locales, además de los paisajes naturales, y una red espacios urbanos y jardines históricos.
Según valora la UNESCO, gracias a la acción concertada de chinos y residentes extranjeros de numerosos países, Gulangyu se ha convertido en una institución internacional de excepcional diversidad cultural y calidad de vida moderna; un lugar de residencia ideal para los élites activas de Asia oriental y sudoriental, así como la encarnación de los nuevos conceptos de residencia y vivienda de mediados del siglo XIX hasta mediados del XX.
La isla ya es ya uno de los centros de turismo masivo de China. Se accede a ella en un trayecto de cinco minutos en el ferry desde Xiamen. No hay tráfico rodado, y es –aparte de la abundancia de viajeros- un ámbito tranquilo con casas de interés arquitectónico e histórico, templos de distintas religiones, y bellos rincones y jardines. Muchos la consideran también como uno de los lugares más románticos de China, donde en vez de escuchar el ruido del tráfico rodado se puede oír el piano, sin duda un instrumento musical promocionado por los ricos comerciantes asentados antaño en el lugar.
Para contemplar la tranquila isla, en medio del bullicio del siglo XXI, un punto de gran interés es el mirador existente en el lugar más alto de la isla, Sunlight Rock, desde el que se contempla el entorno isleño, con sus templos, casas jardines, y la populosa ciudad de Xiamen, con sus elevados rascacielos.
Cuando la UNESCO la designó como como Patrimonio Mundial, ya advirtió que la presión turística es motivo de preocupación porque puede afectar la integridad de la isla y, por lo tanto, requiere controles estrictos. Entonces se anunció que el acceso a la isla de se debe limitar a un máximo de 35,000 visitantes por día.
Imágenes de la pequeña isla de Gulangyu en 1868 y en el final del siglo XIX. © KULANGSU Administrative Committee
Edificio de la British Asiatic Petroleum Company © Cultural Heritage Conservation Center of THAD
Sunlight Rock El templo de la roca en hacia el amanecer © Cultural Heritage Conservation Center of THAD/ Qian Yi
Otro de los templos erigidos en la isla de Gulangyu, en 1863 © KULANGSU Administrative Committee
Adornos de madera en Templo taoísta zhongde. © Cultural Heritage Conservation Center of THAD. Jia Yue