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Garoña: contaminación térmica

Madrid, abril de 2011

La organización ha pedido a la ministra española de Medio Ambiente que revoque de forma inmediata la autorización de vertido de aguas de refrigeración de la central nuclear de Garoña. “La central no cumple los criterios de dicha autorización a causa de sus problemas de refrigeración, lo que provoca esa importante contaminación térmica del agua del río Ebro”, dice greempeace.

La autorización del pasado 18 de octubre de 2007 de vertido de aguas otorgada a Nuclenor (titular de la central nuclear) por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), organismo de cuenca dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, especifica que en el río, el máximo incremento admisible para la temperatura de gradps. Sin embargo, el informe encargado por Greenpeace a entidades homologadas por la Administración para la recogida y análisis de muestras termométricas concluye que la actividad de refrigeración de la central produce una notable contaminación térmica en el río Ebro que se transmite incluso aguas arriba de la propia central. De hecho, el embalse de Sobrón sufre, en gran medida por esta causa, una gran eutrofización.

De acuerdo con el informe, "la temperatura del río Ebro el día del muestreo era de 6,5 grados y en ausencia de la actividad de la central lo esperable habría sido encontrar a lo largo del río temperaturas de ese orden, y desde luego inferiores a los 10 ºC". Sin embargo, Asimismo la temperatura de las aguas del embalse del Sobrón, tras la zona de dispersión térmica, era de entre 17 y 21 grados. Este notable incremento de la temperatura supera con creces los 3grados permitidos por la autorización de vertido.

El informe señala también que entre la estación de muestreo en el río Ebro a 10 km de la localidad de Frías, aguas arriba de la central, y la del embalse de Sobrón (separadas por 6,8 Km.), se registró un incremento de temperatura de 15,7 ºC, lo que supone un incremento medio de 2,3 grados por kilómetro. El embalse de Sobrón también registraba temperaturas superiores en unos 10 grados a las esperables .

Un informe del Ministerio de Medio Ambiente de fecha 1 de julio de 2009 ya alertaba de los problemas actuales de refrigeración de Garoña y del previsible empeoramiento de esa situación en el corto y medio plazo (el 25 de julio de 2006 la central tuvo que parar por imposibilidad de asegurar la refrigeración).

Greenpeace considera que los datos de temperatura del agua que toma Nuclenor no se ajustan a la realidad y que están orientados a ocultar la enorme contaminación térmica, y la Confederación del Ebro ha reconocido que “no realiza controles termométricos propios en el entorno de la central ya que se consideran suficientes los que realiza el usuario [Nuclenor]".

Greenpeace, además, se ha dirigido por escrito a los ministros de Interior, Defensa, Medio Ambiente y de Industria, para exigirles la realización urgente de los 'stress tests' obligatorios para todas las centrales nucleares y el cierre inmediato de las que no los superen.

Greenpeace señala que estos 'stress test', además de frente a terremotos e inundaciones, deben realizarse para probar análisis de resistencia y grado de vulnerabilidad de las instalaciones nucleares frente a posibles ataques terroristas y sabotajes, frente a ciberataques, impactos de aeronaves o misiles, etc.

Globo de Grenpeace sobrevuela la central de Garoña. Imagen de Greenpeace.org

Globo de Grenpeace sobrevuela la central de Garoña. Imagen de Greenpeace.org

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