Mezclemos la creatividad y la poesía de más bellas obras del Miró abstracto y añadamos la interpretación de un diplomado en Ingeniería: Posiblemente habremos llegado a conocer a Alexander Calder.
El Museo Guggenheim Bilbao inaugura el 18 de marzo la muestra "Calder. La gravedad y la gracia", una selección de más de sesenta y cinco esculturas creadas por el artista norteamericano a lo largo de cinco décadas de dedicación a la forma abstracta, proporcionando una visión de conjunto de la singular mirada de este artista.
Calder surgió con fuerza en los inicios del siglo XX, aplicando a la escultura abstracta la idea del movimiento, en unos momentos en los que las vanguardias buscaban con avidez nuevas fronteras al arte, una búsqueda de a veces no contaba con suficiente comprensión.
Peggy Guggenheim, en su memorias, "Confesiones de una adicta al arte" habla varias veces de la obra de Calder, una de ellas para recordar que en los años treinta intentó llevar a Inglaterra una muestra de esculturas. Allí estaban trabajos de Duchamp, Arp, Brancusi y Calder. En la aduana inglesa prohibieron la entrada de las obras como exposición de arte, por lo que introducirlas en el país costaría mucho más dinero. En el dilema se pidió consulta al director de la Tate Gallery, quien dictaminó que aquello no era arte. Hubo protestas de críticos y el tema llegó hasta la Cámara de los Comunes, donde Цatizados por la polémica- los políticos permitieron la entrada de "aquello", como arte. Hoy ya nadie duda de la genialidad de Calder ni de la de sus colegas vetados por la Aduana de Inglaterra.
La muestra del Guggenheim está comisariada por Carmen Giménez, conservadora de arte del siglo XX del Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, y Alexander S.C. Rower, Director de la Calder Foundation. Ocupa la segunda planta del Museo y permanecerá abierta al público hasta el 7 de octubre. Los organizadores indican que, presentada en el contexto de la estructura del Guggenheim Bilbao, obra de Frank Gehry, la exposición ofrece al visitante la oportunidad de examinar las formas orgánicas del escultor dentro de un entorno arquitectónico innovador y dinámico. Desde su retrospectiva de 1964 en el edificio del Solomon R. Guggenheim Museum, obra de Frank Lloyd Wright, no se había producido tal conjunción de arte y arquitectura.
El artista.
Nacido en Lawton, en 1898, hijo y nieto de escultores, se diplomó en Ingeniería Mecánica en 1919, aunque en 1923 entró en la Art Students League de Nueva York donde estudió con los pintores de la Escuela Ashcan John Sloan y George Luks. Consiguió trabajo como ilustrador en el National Police Gazette al año siguiente y en 1925 el periódico le encargó las ilustraciones de los espectáculos del circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey. Esta tarea de dos semanas despertó en él la fascinación por el tema circense de modo que, trasladado a Paría en 1926, creó su Circo Calder (Cirque Calder), una performance en la que intervenían figuras construidas con alambre y mediante el que el artista se presentó a Mondrian, Léger Arp, Man Ray y otros artistas de la vanguardia parisina.
Su estética se vio alterada significativamente tras su visita al estudio de Mondrian en París, en el otoño de 1930. Al contemplar las composiciones geométricas del artista holandés, Calder se las imaginó en movimiento. A partir de aquel momento, dejó de hacer las esculturas figurativas de alambre que había realizado desde 1926 y adoptó un lenguaje escultórico enteramente abstracto. A lo largo de toda su trayectoria, Calder intentaría además delimitar el espacio mediante estímulos visuales y auditivos. En 1931 entró a formar parte de Abstraction-Création, un grupo recién formado dedicado a la no figuración y aquel mismo año exhibió una serie de obras abstractas que hacían referencia al mundo natural y a las leyes de la física que lo rigen.
También en 1931 Calder comenzó a construir esculturas compuestas de partes móviles independientes que se activaban mediante un motor eléctrico o mediante una manivela manual. Marcel Duchamp las bautizó como "mobiles" ("móviles") y en 1932 empezó a crear obras colgantes activadas únicamente por el aire. Aunque en la actualidad se ha convertido en una forma artística absolutamente aceptada, la innovación de Calder, en aquel momento, fue sumamente vanguardista y contrastaba profundamente con las formas escultóricas estáticas precedentes. Los primeros móviles orgánicos de Calder, como Eucalipto (Eucalyptus, 1940) son los equivalentes escultóricos de las figuras biomorfas flotantes de los cuadros de Miró y de los relieves amorfos de Jean Arp.
Fue Arp quien acuñó el término "stabile" (estable) en 1932 para denominar a los primeros universos no motorizados de Calder. Sin embargo, la forma de los stabiles fue adquiriendo más cuerpo a medida que Calder cortaba láminas de metal que había pintado a mano y las iba uniendo unas a otras en diversos ángulos. Aunque las piezas son inmóviles, la dinámica forma tridimensional del stabile sugiere su potencial cinético y exige el movimiento físico del espectador, que debe rodear la obra para contemplarla. Calder también creó un híbrido de móvil y stabile, el standing mobile (móvil en pie) que como Un efecto del japonés (Un effet du japonais, 1941) consiste en una base fija y una serie de piezas que cuelgan libremente.
En la Exposición Internacional de París de 1937, participó en el pabellón español, al lado de Picasso y Miró, presentando su "Fuente de mercurio", fuente-estanque-surtidor de mercurio, con movimiento, una obra de riqueza creativa que denota sus conocimientos técnicos de ingeniero.
Calder concibió sus "Constelaciones" durante 1942-43, profundizando en su interés por la física del mundo natural. Las constelaciones, realizadas en una época de escasez de metal ocasionada por la guerra, fueron creadas uniendo formas de madera talladas a mano Чalgunas pintadas y otras noЧ a los extremos de varillas rígidas de acero. En aquella época creó aproximadamente veintinueve constelaciones y sus estructuras varían considerablemente. La pieza Constelación (Constellation, 1943) perteneciente a la Colección Guggenheim es una de estas obras realizada para ser fijada a la pared mediante un único clavo; otras se extienden verticalmente a partir de bases exentas y algunas otras contienen piezas que se pueden mover, o son móviles en sí.
Torre bifurcada (Bifurcated Tower), de 1950, es un ejemplo de una nueva combinación de móvil/stabile creada por aquella época cuya estructura está relacionada con las constelaciones. Estas "torres", que se fijan al muro mediante un clavo, están compuestas de un armazón de varillas y de una especie de patas de alambre que parecen surgir de la propia pared, con objetos móviles suspendidos de sus estructuras. En aquel momento, Calder se centró más en la exploración del sonido desarrollando obras tales como Gong triple (Triple Gong). Los "gongs" constan de un percusor y un plato colgado que suena cuyo movimiento impredecible hace que emitan sonidos sorprendentes. El color también es especialmente importante en las obras tardías de Calder. Nenúfares rojos (Nénuphars rouges, 1956) instalada en el Atrio del Museo para esta exposición, es un excelente ejemplo de cómo el artista emplea el color intenso para dotar a la obra de presencia visual.
A partir de los años 50, el tamaño de las obras de Calder va en aumento debido, en parte, a que a menudo le encargan esculturas para exteriores o para grandes atrios. Los stabiles como Guillotina para ocho (Guillotine pour huit, 1963) se relacionan con sus emplazamientos de una forma notable haciendo que el espectador se mueva a través de ellos, por debajo o a su alrededor. Ejemplo de ello es Pittsburg, 1958, diseñado por Calder para la ciudad del mismo nombre. Para crear estas obras de gran escala con frecuencia realizaba maquetas de tamaño más manejable para poder refinar sus formas.
Tras su clausura en el Museo Guggenheim Bilbao, la exposición Calder. La gravedad y la gracia viajará al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, donde podrá contemplarse desde el 18 de noviembre de 2003 hasta el 18 de febrero de 2004.
Imagen con un "mobile" de Calder, cortesía del Museo Guggenheim