Título:
Analogías musicales. Kandinsky y sus contemporáneos
Organiza:
Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid.
Comisario:
Javier Arnaldo, conservador jefe adjunto del Museo Thyssen-Bornemisza.
Comité Científico:
Tomàs Llorens, conservador jefe del Museo Thyssen-Bornemisza
Christian Meyer, director del Arnold Schönberg Center de Viena
Javier Arnaldo, conservador jefe adjunto del Museo Thyssen-Bornemisza
Lugar y fechas:
Sala de exposiciones temporales del Museo Thyssen y Casa de las Alhajas de Caja Madrid
Del 11 de febrero al 25 de mayo de 2003
Publicaciones:
Catálogo con ensayo del comisario.
Música y arte
Cuando todos los movimientos pictóricos estaban avanzando en el desmantelamiento del modelo artístico surgido en el Renacimiento, Kandinsky efectuó la ruptura definitiva. Él llegó al arte abstracto, en gran medida, desde la música.
El Museo Thyssen Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, han organizado la que es, sin duda, una de las mejores exposiciones en torno a la incidencia de la música en la pintura moderna, centrada básicamente en la década de los años diez del siglo XX. La Exposición “Analogías Musicales, Kandinsky y sus contemporáneos, está abierta del 11 de febrero al 25 de mayo en sendos centros culturales de la capital española.
Kandinsky vio cómo la pintura popular y la infantil representaban los objetos sin copiarlos; también se impresionó con el arte árabe, que no necesita la figura para hacer cosas bellas, pero, sobre todo, pensó en la música que provoca la emoción simplemente por el juego de los sonidos. En sus escritos, el pintor incidió en el aspecto musical, recurriendo también a textos de intelectuales –Goethe o Delacroix- que ya habían puesto de manifiesto cómo el sonido y el color impactan en el espíritu.
“El color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El color es la tecla. El alma es el piano con muchas cuerdas. El artista es la mano que por esta o aquella tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana”, escribió el genio del abstracto.
Pero la interpretación de Kandinsky no estaba aislada. Durante aquella época de renovación artística, diversos creadores –muchos de ellos de la Europa del Este- estaban trabajando en la incidencia del ritmo, la armonía y el color, en la pintura.
El mundo suena
“El mundo suena”, frase de Kandinsky, ha sido como un eslogan elegido para esta muestra, en la que se sugiere el modelo musical como principal base programática para el desarrollo de la pintura abstracta, la idea de que la música es el referente de toda creación artística; de que el cuadro, en definitiva, puede ser la representación visual de una composición musical.
Javier Arnaldo, conservador jefe adjunto del Museo Thyssen-Bornemisza, es comisario de esta exposición, que cuenta con un comité científico formado por Tomas Llorens, conservador jefe del Museo, Christian Meyer, director del Arnold Schönberg Center de Viena, y el propio comisario.
El conservador del Thyssen, Tomas Llorens, explicó en la presentación de la muestra que para la organización de este evento se ha contado con la colaboración de 80 prestadores, entre museos y colecciones particulares, de todo el mundo, lo que ha permitido realizar un profundo trabajo de investigación y mostrar obras nunca exhibidas hasta el momento.
El comisario, Javier Arnaldo, estimó que si bien se ha destacado el nexo música-color, hasta el momento no se le había concedido una especial atención en el campo de las exposiciones "y es llamativa la escasez de trabajos que han investigado esta relación”.
La muestra –explicó- incide en el papel activo del modelo musical en la pintura centrándose en un periodo concreto, los años en que se inicia el desarrollo del arte abstracto. Para ilustrar los diferentes medios por los que el ideal de sinestesia (es decir, la correspondencia entre percepciones sensoriales diferentes como, en el caso de música y pintura, vista y oído) da pie a la pintura abstracta, se muestran obras de artistas muy variados. Todos ellos son contemporáneos de la figura central de la abstracción, Wassily Kandinsky.
La interrelación de medios, artistas y obras
Los representados en la muestra van desde autores tardosimbolistas como Ciurlionis, hasta futuristas como Severini o Balla, representantes de las vanguardias rusas (Malevich, Larionov…) o miembros del Jinete Azul (Marc y Macke), pasando por algunos creadores vinculados a las artes escénicas (otro exponente de la interrelación entre disciplinas), para llegar a la consolidación de la “pintura sin tema” con las obras de plenitud de Kandinsky y Paul Klee.
Algunos de los artistas expuestos, como Schönberg, Scriabin y el mencionado Ciurlionis, fueron también compositores, un hecho que contribuye a reforzar la idea de vinculación entre pintura y música.
Analogías musicales presenta alrededor de 250 obras, lo que convierte a esta exposición en una de las más exhaustivas realizadas en torno a la pintura abstracta. En el marco de la muestra, se presentan varias piezas y artistas en rigurosa primicia mundial, y se han previsto varios conciertos complementarios que ayudarán a comprender el mencionado modelo musical de la pintura. Es, en suma, un proyecto clave para entender de qué manera “el mundo suena” para la pintura.
Estructura de la exposición
La exposición se divide en trece capítulos; los cinco primeros expuestos en Casa de las Alhajas(de Caja Madrid), y los siguientes ocho en el Museo Thyssen-Bornemisza. La Casa de las Alhajas alberga gran parte de la obra de artistas procedentes de Europa oriental.
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Música en el espacio: Selección de trabajos en torno al tema de la danza.
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Cosmología sinfónica: Alrededor del desarrollo de los vectores temporal y cosmológico de la pintura, con obras destacadas de Ciurlionis, Scriabin y Kupka.
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El mito solar moderno: Un motivo clave en el tránsito hacia la experimentación abstracta.
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El triunfo sobre el sol: Capítulo centrado en la renovación de las artes escénicas en la vanguardia rusa.
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Nuevos acordes de la pintura, el arte de las artes: Obras de Kandinsky pertenecientes a su etapa Bauhaus
En la sede segunda, el Museo Thyssen-Bornemisza, se profundiza en la obra abstracta realizada en el Oeste europeo:
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Nocturno: El hilo conductor es la transcripción pictórica de contenidos anímicos puros.
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“El mundo suena”: El Kandinsky de la primera abstracción, entre 1910 y 1914.
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Simultaneísmo, la mirada circular: Presenta el modelo de la forma circular multicolor, con obras de Delaunay, Marc, Kupka, etc.
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Ritmo, vórtice y resonancia: Se centra en la transcripción visual del ritmo y otras experimentaciones sinestésicas.
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Sinestesia y heterofonía: Una selección que abarca desde Baranov-Rossiné hasta los futuristas italianos.
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Modulación: La idea de modulación de la superficie a partir de líneas verticales y horizontales, con obras de Klee, Arp o Macke.
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Polifonía pictórica: Las equivalencias visuales del contrapunto y la fuga, con cuadros de Klee y Kandinsky.
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Variaciones: Interesantes obras de Jawlensky y Schönberg.
“El arte, como la naturaleza, es rítmico”, dijo Robert Delaunay. “Puedo crear una fuga en colores, como Bach lo ha hecho en música”, afirmó Kupka. “Improviso mis cuadros como un músico improvisa su música”, argumentó Picabía. Son citas de artistas implicados en esta exposición, donde el color suena …y danza.
Composición pictórico-musical de Mikhail Matiushin.