Richard Avedon recorrió 17 estados del Oeste buscando rostros. Rostros de mineros, de amas de casa, de carniceros, de vagabundos. Creó así una asombrosa teoría de personajes que le consolidó como uno de los retratistas más famosos del siglo XX.
Fotografió a 752 personas, en 189 poblaciones. El resultado fue "In the American West" un documento gráfico fuera de lo común.
El trabajo fue una propuesta del Museo Amon Carter, de Fort Worth, Texas, que ya poseía una excelente colección de imágenes fotográficas de los siglos XIX y XX. Mitchell A. Wilder, director del centro, encargó a Avedon el proyecto, después de ver el retrato que había hecho a Wilbur Powell, capataz de rancho.
Mitchell A. Wilder jamás llegaría a ver el trabajo que encargó, pues murió en el mismo año del encargo, 1979. Pero los espectadores europeos están gozando del mismo, merced a una muestra que ha pasado por diversos lugares y que puede verse de septiembre a noviembre en la sala de "Fundación La Caixa" en Madrid.
El trabajo de Avedon.
Nacido en 1923, en Nueva York, Richard Avedon fue pronto conocido por sus mordaces retratos y fotografías de moda. En los años cincuenta destacó por sus fotografías mordaces en "Harperґs Bazaar". Luego fue fotógrafo de Vogue.
Cuando marchó al Oeste, Avedon entró en los pueblos, en los rodeos, en bares de carretera, en minas, corrales, ferias y campos petrolíferos en busca de rostros, en busca de esos seres anónimos que nutren la vida de un territorio y que nunca han protagonizado las cónicas sociales.
No buscó el paisaje, ni la botánica, sino al hombre. los especímenes peculiares que poblaban aquel mundo que siempre se evoca como sinónimo de aventura. Y halló -en sus retratos individuales- un Oeste que no es más verdad ni más mentira que el que han retratado otros escritores o directores de cine; pero que tampoco es menos espectacular.
Colocó a sus modelos delante de una pantalla de papel blanco, de tres metros de largo por dos de alto y los fotografíó, en la sombra, para que el sol no alterase con sus contraluces ni zonas de sombra el aspecto de las cosas. Utilizó una cámara fotográfica panorámica de 8 por 10, sobre trípode.
Avedon se situaba al lado de la cámara, no detrás, y muy cerca del modelo, a sólo 1,25 metros de él. El primer retrato fue el de Boyd Fortin, desollador de serpientes. Lo hizo en Texas, en marzo de 1979.
Siempre hizo las fotos en blanco y negro. El fondo blanco, con los tonos oscuros de los personajes genera una tensión dramática que a veces tiene matices expresionistas. Ese fondo aparentemente inocuo hace que los ojos del individuo -la cara en general- tomen una relevancia especial.
Los personajes.
Richard Avedon fotografió una serie de gentes que expresan en su mirada, en sus ademanes y en su vestimenta la dureza del trabajo físico; la alienación de una lucha diaria por la vida, el drama de la supervivencia.
Su inmediatez física, casi violenta, ante el fotografiado -a quien mira directamente, sin la intermediación de la cámara- le permite adentrarse en la sicología del individuo, e incluso manipularle.
En alguna medida, Avedon situó a los personajes ante el "paredón" de la pantalla blanca y los dejó inermes, herméticos, ante la cámara. Pero en su pose hierática, el retrato no deja de revelar los claroscuros de cada existencia, aunque -según expresa Avedon- "ninguna de las fotografías es la verdad".
"Según avanzaba el trabajo -dice Avedon- los propios retratos comenzaron a revelar todo tipo de conexiones -psicológicas, sociológicas, físicas, familiares- entre personas que nunca se habían conocido".
La exposición.
La itinerancia de la muestra está organizada por el Center for Creative Photography, de la Universidad de Arizona, sede del archivo de Richard Avedon, y su exhibición europea ha estado organizada por el Kunstmuseum Wolfsburg, el centro José Guerrero de Granada y Fundación La Caixa.
"In the American West" es una muestra comisariada por Marta Gili, Yolanda Romero y Annelie Lítgens. En la presentación de la misma en Madrid, Marta Gilli, una de las comisarias, dijo que la serie "In the American West" está "a caballo entre el documentalismo social y el documentalismo subjetivo".
Cuando se presentó el trabajo en Estados Unidos resultó polémico. Fue recibido como una crítica al país, aunque Avedon considera que es uno de los mejores de cuantos ha realizado.