Turismo y petróleo

Ibiza, 12 de junio de 2014
El poder de presión y corrupción de las firmas petroleras es fortísimo, y todos los países son sensibles a esto, desde los Estados Unidos a Nigeria o España.

El Estado Español debería ser sensible a los peligros que el negocio del crudo aporta a sus costas, máxime cuando el turismo es un componente clave de su economía. Asociar la imagen de las costas de España al petróleo es ennegrecer la imagen del turismo español.

El pasado día 7 de junio, decenas de miles de personas se manifestaron en las Islas Canarias para protestar contra las prospecciones petrolíferas en aguas del entorno canario. También el día 11 de junio, activistas de la organización ecologista Greenpeace han hecho manifestaciones contra las prospecciones en el entorno balear.

Greenpeace eligió la zona de Es Vedrà para enviar una imagen de protesta y una advertencia de peligro. Un portavoz de la organización declaró que estas prospecciones suponen un peligro para el medio ambiente, la economía y la sociedad de Baleares, y pidieron al Gobierno de España que no anteponga los intereses de las empresas petroleras a los de los españoles.

La isla de Es Vedrà es un farallón rocoso de 388 metros de altura situado aproximadamente a un kilómetro de Ibiza, declarado Reserva Natural y protegido a nivel europeo. En la Reserva Natural de Es Vedrà conviven diferentes especies de aves marinas, lagartijas e invertebrados endémicos además de una flora de gran riqueza. Los activistas de Greenpeace llegaron en zodiacs provenientes del Rainbow Warrior, e instalaron una barrera de contención de petróleo de 100 metros frente al límite de la Reserva Natural. Es una barrera anticontaminación real de las que se utilizan en caso de vertidos para proteger simbólicamente la Reserva Natural de Es Vedrà y Es Vedranell de las prospecciones. Esta zona sería una de las más expuestas en caso de una posible marea negra producida por el proyecto de extracción de petróleo que la empresa Cairn Energy pretende desarrollar a unos 30 kilómetros de Ibiza.

La presión petrolera
El negocio del crudo domina las voluntades de los gobiernos, y las prospecciones avanzan por doquier, desde los desiertos a los círculos polares. Las organizaciones ecologistas están defendiendo con pasión el Ártico, que se presenta como una zona cada vez más accesible a causa del deshielo del cambio climático.

Provistas de unos presupuestos inmensos, mayores que los de la mayoría de los estados, las petroleras son capaces de dominar voluntades, pese a que en el caso de sus actividades en el mar revelen una inusitada peligrosidad. El caso del desastre de la British Petroleum en el Golfo de México ha sido un ejemplo.

Felizmente en la defensa de los ecosistemas a veces hay éxitos. La campaña “SOS Virunga” de WWF ha reunido más de 750.000 firmas para salvar del peligro petrolero a este espacio centroafricano Patrimonio de la Humanidad.

Ahora, después de casi un año de lucha y movilización global, la petrolera británica SOCO anuncia que detendrá todas sus operaciones en el Parque Nacional más antiguo de África y hogar de los gorilas de montaña, y además se compromete a no operar dentro de ninguno de los espacios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta decisión, un éxito mundial para la conservación de la naturaleza, es fruto en gran medida de la presión ejercida en todos el mundo para proteger este parque de la República Democrática del Congo.