Madrid, 13 de noviembre de 2012
El diario El País publicó hoy que durante la noche del domingo, 11 de noviembre, el río Guadiana comenzó a entrar a Las Tablas, algo que no ocurría desde la década de los ochenta del siglo pasado. “El acuífero 23, sobreexplotado durante décadas por el regadío, sigue asombrando a expertos y se recupera debido a lluvias de años anteriores”.
El Parque nacional de las Tablas, en Ciudad Real, es además Reserva de la Biosfera. Se trata de una zona donde el río avanzaba en un tramo llano, generando un gran humedal en la comarca en la que se encuentran el Guadiana y el Ciguela, un ámbito de excelente flora y fauna, muy querenciado por las aves migratorias.
Pero durante todo el franquismo, con una concepción desarrollista del agro, ajena a los criterios de conservación, se desarrollaron labores de roturación, canalizaciones, desecación y cambios de cultivos, sometiendo a los acuíferos a una intensa explotación que acabó con el humedal y el propio río, pese a que los ecologistas y la propia UNESCO velaban por la conservación.
Desde la Administración se ha tratado defender al Parque de forma diversa, con extracción de aguas del subsuelo, traída de aguas por el Ciguela, compra de fincas del entorno y de derechos de extracción de agua, iniciativas que ahora parecen paralizadas.
Aún con esta paralización, el acuífero existente bajo este suelo aparentemente estepario ha vuelto alcanzar la superficie, y de nuevo aparecen los famosos “ojos” del Guadiana, surgencias por las que emerge la vida en forma de agua.
Esperemos que no sea un espejismo soñado desde hace casi 30 años. Las autoridades tienen la obligación de seguir trabajando por ello, aún en tiempos de crisis.
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