Valencia, 4 de noviembre de 2012
Con el impulso previo de Tomás Llorens y de la mano de Carmen Alborch, la institución valenciana ganó prestigio internacional y se “coló” entre las grandes instituciones de arte… con un prestigio que ha ido decayendo posteriormente.
Diversos episodios se han venido añadiendo a este deterioro para que artistas, críticos, galeristas y asociaciones hayan reclamado directamente una “regeneración del museo”.
Amiguismos, denuncias de interesas familiares, y la polémica por la adquisición de un paquete de fotografías, por valor de unos 500.000 euros al presunto cabecilla de la mafia china que operaba en España se unen al evidente declive de la institución valenciana.
Las acusaciones a la directora, Consuelo Ciscar, esposa a su vez de Rafael Blasco, otro dirigente salpicado por diversos casos de corrupción, sitúan a esta en la “cuerda floja”, ya que todos demandan claridad en la gestión y profesionalidad (salvo los beneficiados de una dirección parcial).
Una de las demandas de varias asociaciones de artistas y galeristas es la de modificar la Ley de Creación del IVAM para garantizar un Consejo Rector independiente y un comité de adquisiciones ajeno a intereses particulares, así como la convocatoria de un concurso público, de carácter internacional, que permita la selección de un profesional de prestigio, como marca el Código de Buenas Prácticas para Museos y Centros de Arte.
NO cabe duda de que el IVAM necesita un revulsivo para volver a ser lo que fue antaño: un gran centro de arte.