Historias del otro Toledo

Astorga(León), 21 de agosto de 2010

Astorga tienen multitud de atractivos y vive sobre un rico legado de cultura e historia, tal como puso de manifiesto Tomás Alvarez, escritor y periodista, que pronunció este año, 2010, el fregón de las fiestas de esta ciudad bimilenaria.

Este es el texto completo de su intervención:

"Noble pueblo de la leal, benemérita, augusta y episcopal ciudad de Astorga; dignísimos amigos llegados desde los lugares del entorno o de tierras más lejanas:

Salud y alegría.

Sabed que esta ciudad ha gozado de fama por sus gentes esforzadas, emprendedoras, serias y trabajadoras.

Bueno es esto.

Pero ha llegado la hora de dejar a un lado los trabajos: el ordenador, la paleta, los libros, el camión o la furgoneta para dedicarse lisa y llanamente al gozo.

Astorga es buena tierra para gozar.

Muchos amigos nos visitan con frecuencia para disfrutar del arte.

Tenemos un gótico magnífico; Gaspar Becerra dejó en nuestra ciudad una obra maestra del Renacimiento; la portada de la catedral es una maravilla del barroco, Gaudí nos engrandeció con su mejor obra fuera de Cataluña... y hasta tenemos una excelente arquitectura popular en las afueras...

Otros nos visitan por la gastronomía. Cecinas, cocidos, mantecadas, chocolates son argumentos para convencer al turista más exigente.

La felicidad se fragua también en las oficinas del estómago, y aquí hay tradición culinaria y hay manjares.

A propósito, os voy a contar una historia que ocurrió hace unos años.

Un día, salió desde Madrid, un autobús con una cofradía gastronómica con destino a Astorga. El autobús arrancó frente a las puertas del hotel Wellington... y cuando ya andaba por la sierra, los de la cofradía se dieron cuenta de que estaban viajando en la parte trasera del Bus dos japoneses.

Entre los gastrónomos cundió la extrañeza, porque no había ningún socio japonés; así que uno de los de la cofradía se acercó a los orientales y les preguntó que hacían allí.

“Nosotros querer ver Toledo”, respondió uno de ellos.

Al parecer, frente al hotel paraba un autobús que conducía turistas a Toledo, y dos de los japoneses se habían equivocado de vehículo.

La cofradía debatió si procedía aclarar el error, o dejar que los orientales siguieran en su mundo, rumbo a Astorga. Prevaleció esta opinión.

Así pues, gastrónomos y japoneses vieron los maragatos del ayuntamiento, la catedral, el palacio de Gaudí y dieron cuenta de un fastuoso cocido en Castrillo de los Polvazares.

Nuevo paseo por Astorga y vuelta a Madrid. Y todos –japoneses incluidos- más que satisfechos del viaje

He de aclarar que entre los gastrónomos iba el gerente del Hotel Wellington...

La sorpresa para el directivo del Wellington ocurrió el día siguiente, cuando todo un grupo de japoneses se presentó ante él y diciendo que ellos querían conocer –como los otros dos compañeros afortunados- el otro Toledo.

Pues bien. Ese Toledo está aquí; ante vuestros ojos; es la Astorga que podéis disfrutar cada día, y que ahora se engalana y se anima con desfiles, charangas y cohetes para el disfrute general.

Esta es una ciudad para disfrutar de la vida. Así pues, os digo:

Salir a la calle.

Dejar que el calor que fluye en vuestro corazón contagie de alegría a los convecinos.

Permitir que vuestra risa inunde los espacios hasta el azul del cielo.

Alegrar vuestra vida y la de la persona amada, revelando lo más hondo del afecto compartido.

Dejar que vuestros pies entren en calor saltando y bailando al son de las charangas.

Disfrutar del estruendo de los pasacalles y de los estallidos de los cohetes.

Cantad y bebed, conservando el uso de la razón, porque sólo desde la razón se puede gozar del amor y la amistad.

Gozad de unas fiestas que tienen –como esta ciudad- la solera de la historia.

Porque en ellas late también el poso de los tiempos.

Cuando escuchamos una música lejana sentimos que nos llega distorsionada por la distancia y el viento. Así nos llegan los pálpitos del pasado, disfrazados en narraciones épicas y leyendas.

Pero el pasado está ahí, en costumbres, en los nombres, y hasta en las fiestas.

Os contaré un convencimiento. Mucha gente cree que la palabra maragatos viene de mercator o de mauri capto(moros cautivos). Es falso. La tierra de maragatos – la palabra maragatería es reciente- en eminentemente rural, así que mal haríamos en llamar mercaderes a quienes eran sencillamente hombres del campo.

Lo de moros cautivos tampoco se sostiene. Fueron tantas las idas y venidas de los ejércitos(moros y cristianos), que los cautivos podrían haber vuelto a sus tierras en cualquier momento.

Es algo más fácil. Uno de los dioses atestiguado en la epigrafía astorgana es Mars Sagatus... Los fieles de esa religión, bien pudieran ser los marsagati... marsagatos, maragatos.

Hasta en las leyendas nos llegan otros ecos que nos hacen encajar fichas. En el territorio de Valdemagaz persiste la leyenda de una estatua enterrada, relativa a la representación de un rey margazo o magarzo... Bien pudiéramos estar hablando sencillamente de una representación de un dios: Mars/sagato...

Leyendas... realidades.

En la epidermis de esta tierra está el pasado, la huella de las culturas, de las guerras y las viejas religiones. Tenemos cerca otra huella muestra muy visible. En un cerro al sudeste de Astorga seguimos adorando desde hace dos mil años a la misma divinidad: la diosa Terra/Tierra, responsable de la productividad de las tierras de cultivo.

Después de 2000 años, los representantes de las tribus siguen acordando(votando) –en los días de sequía- sacar a la diosa del castro para pedirle lluvia...

CastroTierra no es sino el castro de la diosa Tierra, y la Virgen de Castrotierra no es sino la cristianización de un culto precedente, a la diosa Terra o Tierra.

Leyendas, realidades... casualidades...

Como muy bien saben quienes viven en nuestro entorno, las fiestas de Astorga coinciden con la recolección más importante del campo: la de los cereales.

Como siempre, suena la fiesta en la capital de los astures cuando los granos ya se han recogido del campo y están en las paneras o en las eras...

Hoy 21 de agosto, los romanos celebraban las fiestas en honor de Conso, dios de los silos donde se almacena el cereal, y a él se la ofrecían las primicias de la cosecha.

El 23, será la fiesta de Ops, esposa de Saturno, diosa de la abundancia agrícola.

El 25 se honran a Ops y Conso en la Opiconsivia, fiesta preludio de la siembra...

Fiestas de Astorga: Fiestas astures y romanas de la recolección.

Preparaos para disfrutar de unas fiestas llenas de la alegría por la abundancia.

Que estallen los aires, henchidos por el gozo de la fiesta.

Festejemos a Conso, a Ops, y a nuestra patrona Santa Marta. Y démosles hoy las primicias de la cosecha.

Démosles nuestra gratitud, con una ofrenda sencilla... Como hacían nuestros antepasados...

Entreguemos a la divinidad unos puñados de centeno de las tierras donde habitan los amacos y los maragatos.

Y gritemos juntamente.... ¡Vivan las fiestas de Astorga!