León, febrero de 2009
La Obra Social de Caja España acaba de abrir su temporada de exposiciones con una que lo demuestra: "Pintores románticos ingleses en la España del XIX".
Washington Irving, Gautier, Dumas, Christian Andersen... centenares de escritores recorrieron la España del XIX en busca de bandoleros, toreros y raíces moriscas, en un peregrinaje motivado más por la emoción romántica y estética que por la búsqueda del conocimiento del país real.
Entre los viajeros, más de un centenar de británicos dejaron escritos sobre una España, redescubierta tras la Guerra de la Independencia, en la que hallaron esencias sorprendentes, en lo estético, las más de las veces relacionadas con lo norteafricano en la luz, la arquitectura y el paisaje de palmeras.
Esos escritores quedaron prendados especialmente de Andalucía; viajeros como Ford, Taylor o el vendedor de biblias George Borrow se asombraron especialmente ante lo sureño, a veces incluso menospreciando los territorios del Norte.
Borrow reencuentra en Sevilla un "paraíso terrenal (...) donde los antiguos griegos y romanos colocaron los Campos Elíseos", en tanto que aborrece la frialdad de ciudades como León: "Nada notable hay en León, ciudad vieja y tétrica, salvo la catedral que en, en muchos respectos, un duplicado de la de Palencia...".
¿Y los pintores?
Obnubilados por los paisajistas Turner y Constable, en España no se conoce en bien el amplio elenco de pintores que se hicieron a la mar para viajar tras la emoción romántica y lo exótico, para lo que recorrieron ámbitos de Grecia, Turquía, el Norte de África y España, donde algunos de ellos llegaron a quedarse.
La Exposición Pintores Románticos Ingleses en la España del siglo XIX presenta una gavilla de cuadros, cuarenta, de distinto formato seleccionados de una colección de ochenta y dos obras, que es según la comisaria, la mejor de España en su género, y que pertenece a una vallisoletana, Aurora Marín.
La autora, que se aficionó a la puntura inglesa cuando residía en el Reino Unido, ha proseguido reuniendo obra romántica "con esfuerzo económico y tenacidad" una tarea en la que se ha encontrado apoyada por su marido, Joaquín Blasco, y que le ha permanecido reunir una amplia pinacoteca que tiene repartida entre Inglaterra, Zaragoza y Málaga.
Oleos de John Bagnold Burgess, Edwin Long, John Phillip, Trevor Haddon y Robert Kemm llenan de luz la planta sótano y sala de exposiciones del palacio de Botines, edificio de Antonio Gaudí y sede de Caja España; junto a ellos, una excelente serie de acuarelas de Apperley, en las que el pintor se deja embrujar por Granada.
Para la comisaria de la exposición, Marisa Oropesa, la muestra es valiosa por lo artístico, por lo costumbrista y por ser testimonio del propio cambio de España, que antaño seducía a los pintores ingleses que encontraban el exotismo desde el ámbito de los curas hasta los braseros, y que ahora verían en España un país cercano, acercado por los propios influjos de la globalización.
La colección, que se exhibió en la Casa de Vacas de Madrid, en 2008, próximamente se presentará en Valladolid, donde llevará la luminosidad captada por los artistas ingleses y esos personajes típicos hispanos, muchos de ellos niños, como lo que aparecen en uno de los cuadros de John Bagnold Burgess, ante la portada de un viejo templo, el preferido por la dueña de la colección.
Thomas Macquoid. Fuente de Játiva, Valencia
William Oliver. Flirteo.
Robert Kemm. Serenata al mediodía
John Bagnold Burgess. Indecisión. Antequera