Moscú, 5 de diciembre de 2013
Los estados de la zona del oso polar (Canadá, Dinamarca, Noruega, Rusia y los Estados Unido) han firmado durante la celebración del Foro Internacional sobre la Conservación de los Osos Polares una declaración histórica que fortalece las medidas para la conservación de este animal emblemático que está clasificado como Vulnerable en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.
Los cinco países donde viven los osos polares trabajarán comprometidos para gestionar el hábitat de los osos polares teniendo en cuenta la progresiva reducción del hielo marino, la caza furtiva y la creciente actividad industrial que se está llevando a cabo en el Ártico.
La difícil situación del oso polar
Pese a estos compromisos, al ritmo actual de aumento de las temperaturas, el cambio climático acabará con el hielo marino del que dependen los osos polares para sobrevivir. Según los datos arrojados durante la Cumbre, el número de osos polares en el Ártico podría reducirse en dos tercios en 2050. Una amenaza a largo plazo que podría evitarse si los estados árticos y del resto del mundo invirtieran en energías renovables y dejaran de subvencionar los combustibles fósiles que están calentando el planeta.
Los osos polares forman parte del folklore y la identidad de la región del Ártico, en particular para los pueblos indígenas que han coexistido con ellos desde hace miles de años y cuyos medios de vida están estrechamente vinculados a este animal. También son una parte crítica de la ecología de la región, con muchas relaciones importantes con otras especies.
Amenazas como la contaminación, la caza y el cambio climático por culpa de un desarrollo insostenible, hacen que el futuro del oso polar sea cada vez menos prometedor. Esperemos que este compromiso vaya más allá de la mera intención, y ayude a preservar a un animal tan bello como imprescindible para el ecosistema en el que habita.
Oso polar en el Mar de Beaufort, Alaska. Steven Kazlowski / WWF-Canon
Osos polares. Foto Andrew E Derocher. UICN
Osos polares. Foto Andrew E Derocher. UICN