Eslovaquia, junio de 2008
Bratislava, la antigua Presburgo, tiene medio millón de habitantes, está a unos 60 kilómetros de Viena y a 200 de Budapest, unidas las tres por la historia y un mismo río: el Danubio.
Situada en las estribaciones de los Pequeños Cárpatos, en un territorio tradicionalmente activo en lo histórico y comercial. Su imagen está dominada por el viejo castillo, ubicado sobre un cerro, que domina esta ciudad en la que aún se aprecian edificaciones diversas que atestiguan el pasado, en el que tuvo momentos especialmente florecientes, cuando perteneció al imperio austrohúngaro.
Denominada como Pressburg (Presburgo) por los alemanes, y Pozsony por los húngaros, desde 1919 la ciudad quedó con el nombre de Bratislava.
Poblado céltico antes de la llegada de los romanos, por aquí pasaron sucesivos dominadores desde las tribus germánicas hasta nuestros días. La época de su mayor prosperidad de la ciudad se extendió cuando Bratislava fue centro de coronación de los reyes húngaros, cualidad que impulsó el establecimiento de la aristocracia magiar y el desarrollo urbano e institucional. La urbe fue visitada por artistas como Mozart, Beethoven o Liszt.
Aquí fue donde Napoleón firmó un tratado con Francisco I por el que el emperador austriaco cedía Venecia a Francia, tras la derrota de Austerlitz y aquí crecieron los movimientos independentistas de Eslovaquia.
Frente al castillo, con su mole cuadrangular y su techumbre rojiza, se alza el viejo casco urbano, en el que sobresale la catedral. En torno a la Plaza Mayor se halla la zona de más atractivo artístico y monumental, en la que hay también buenos lugares para comprar o descansar.
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Una de las más curiosas estatuas ubicadas en el casco viejo. Man at work. Guiarte.com
La iglesia azul de Bratislava. Guiarte Copyright
Fuente en el Palacio del Primado. Guiarte Copyright