El 5 de junio fue la fecha establecida por las Naciones Unidas para recordar la necesidad de una mayor concienciación en el compromiso ambiental y el asunto elegido en el año 2005 fue el de las ciudades verdes.
En este sentido, ha sido interesante en España la celebración de la asamblea constituyente de la Red Española de Ciudades por el Clima, integrada inicialmente por ochenta municipios de dieciséis Comunidades Autónomas en los que viven más de quince millones de personas.
Los municipios se han comprometido a aplicar medidas "concretas y evaluables" desde este año para reducir la contaminación atmosférica y luchar contra el cambio climático
Los ochenta municipios adheridos a la Red de Ciudades por el Clima deberán introducir medidas económicas y fiscales para favorecer la implantación de energías renovables y medios de transporte colectivo menos contaminantes, e incorporar criterios de eficiencia energética en los edificios y dependencias municipales. Posteriormente, los Ayuntamientos de la Red estarán obligados a aprobar planes energéticos municipales que mejoren la eficiencia energética en los servicios municipales, promover la arquitectura bioclimática en las nuevas ampliaciones de la trama urbana, racionalizar el uso y el consumo del suelo, etc.
Decálogo de Greenpeace
Ante la celebración, Greenpeace ha presentado un decálogo de medidas para reducir la presión de las ciudades en el medio ambiente y aumentar la calidad de vida de los ciudadanos. La organización ecologista reclama un cambio urgente en las ciudades para hacer la vida en ellas más saludable y frenar el impacto que actualmente producen en el medio ambiente del Planeta.
En nuestros días, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Las poblaciones urbanas consumen el 75 por ciento de los recursos naturales del mundo y generan el 75 por ciento de los residuos. Las ciudades se han convertido en consumidoras de enormes cantidades de recursos naturales y generadoras de impactos ambientales masivos.
Ante estos hechos Greenpeace propone:
1.- Ahorro energético: La utilización eficiente y el ahorro energético son el recurso energético con mayor potencial en las ciudades. Con adecuado aislamiento y criterios bioclimáticos en el diseño de edificios y en el planeamiento urbanístico se podría evitar el uso de aires acondicionados. La demanda de energía para climatización en edificios existentes se puede reducir en un 30-50 por ciento y en edificios nuevos en un 90-95 por ciento .
2.- Impulso a las energías renovables: Los tejados de nuestras ciudades son excelentes lugares para la ubicación a gran escala de centrales de energía solar fotovoltaica para producir electricidad y captadores solares térmicos para producir agua caliente. Deben generalizarse las ordenanzas solares que hagan obligatorios estos dispositivos.
3.- Construcción sostenible: El diseño de los barrios debe tener en cuenta el entorno. Debe potenciarse la utilización de materiales en cuya extracción no se haya producido un deterioro del medio ambiente, como la madera certificada FSC.
4.- Menos agua, ríos más limpios: El problema no es la sequía, es el aumento sin límites del consumo de agua. Por ello debe detenerse la promoción de actividades muy intensivas en el uso del agua y promoverse un uso mucho más racional de este recurso basándose en el ahorro, la eficiencia y la reutilización.
5.- Consumo responsable: La mayor parte de la producción de alimentos termina en las ciudades. Los habitantes de la mismas pueden influir en las formas de producción agraria y pesquera rechazando los productos transgénicos, el pescado que proviene de artes de pesca destructivas o demandando alimentos y productos (limpieza, juguetes, textiles,...) sin sustancias químicas tóxicas y utilizando papel y productos de madera respetuosos con los bosques.
6.- Menos basura: Casi tres cuartas partes de lo consumido por la sociedad industrial tarda menos de un año en convertirse directamente en residuo. Hay que impulsar definitivamente la recuperación de los materiales que hoy se convierten en basura a través de medidas que impulsen las tres erres: reducción, reutilización y reciclaje.
7.- Compostaje: La materia orgánica debe volver a la tierra para evitar su progresivo empobrecimiento y el uso de abonos artificiales. Por ello la parte orgánica de nuestras basuras puede recuperarse a través de un impulso al compostaje.
8.- Transporte: Greenpeace propone una limitación del uso del coche en las ciudades y que se promueva de manera preferente al peatón, el uso de la bicicleta y el transporte público. En la actualidad la mitad de los desplazamientos en coche se realizan a menos de 3 kms. de distancia, y un 10 por ciento son para trayectos de menos de 500 metros.
9.- Contra la especulación del suelo: La financiación de los ayuntamientos españoles no puede seguir dependiendo de la expansión constante y sin freno de la especulación urbana. Debe analizarse en profundidad la insostenibilidad del actual modelo, para ponerle freno.
10.- Participación ecologista: La presencia activa de ciudadanos ecologistas en las ciudades es un beneficio para ellas. Por ello es importante que las administraciones municipales impulsen la participación de la sociedad en la defensa del medio ambiente.
Una imagen de la ciudad de Astorga, León.