El arte indígena autraliano se muestra en colorista y radiante en "Puerta Abierta al Dreamtime. Arte Aborigen Contemporáneo de Australia", que reúne 41 pinturas y esculturas, en el centro cultural Fontana dіOr de Caixa Girona.
¿Arte primitivo?.
A cualquier estudiante occidental que quiere introducirse en las disciplinas de Bellas Artes se le exige un arduo esfuerzo y numerosos años de estudio. Luego, cuando acaba la carrera, podrá triunfar si aúna creatividad, conocimientos y dominio técnico.
Pero frente a las labores artísticas del "profesional" de la pintura o de la escultura, hay otras creaciones que nos siguen conmoviendo, tales como las de nuestros mejores artesanos o las de los sencillos Цy las más de las veces desconocidos- hombres de algunas culturas llamadas primitivas.
Sería ciego aquél que sólo interpretase el arte en la escultura o el cuadro de una galería, sin ver arte en el poste que sostiene el umbral de una rústica cabaña, donde el habitante del lugar ha dejado dibujada o grabada la silueta de una serpiente, un águila o un jaguar.
Con frecuencia se ha subestimado este tipo de manifestaciones artísticas,tachándolas de primitivas, sin reconocer su valor; sin percatarse de que el propio arte moderno occidental ha bebido en fuentes como el arte africano o en el de las épocas prehistóricas. Sería injusto no ver cómo la simplicidad geométrica de las figuras, y a veces su extraño juego de volúmenes y frontalidades, han unido en la tarea artística al habitante de un ignoto poblado y al maestro del cubismo; no descubrir la proximidad entre una creación surrealista y otra de un artista tribal que plasma un mundo de dioses, terrores o miedos.
Es erróneo calificar como primitiva a la obra de un artista de un poblado selvático, o a la de un sencillo poblador de la australiana Tierra de Arnhem, porque su manifestación artística - mas o menos realista o abstracta- responde también a una cultura centenaria, a una cosmovisión, en la que laten profundas creencias y la identificación con un hábitat de características propias.
Hace unos años, con motivo del certamen de ARCO, se presentó en Madrid una buena muestra, con el título de Ramingining: Arte aborigen australiano de la Tierra de Arnhem, y comisariada por Djon Mundine.
Ahora se presenta un nuevo conjunto, que pone de manifiesto la creatividad de los aborígenes de aquella parte del globo terrestre, quienes durante mucho tiempo han sufrido un enorme "barrido cultural", esa agresión ha dejado en Australia un profundo malestar. En la bienal de Sydney de 1988, el 200 aniversario de la ocupación británica, los nativos de todo el territorio boicotearon los festejos del bicentenario. Los de Ramingining y de Barunga no lo hicieron. Pero realizaron algo más elocuente: erigieron un monumento a los aborígenes, una composición escultórica con 200 ataúdes para huesos, hechos de troncos secos, en memoria a quienes perdieron la vida defendiendo su tierra desde 1788. La obra, una auténtica declaración de principios, se exhibe ahora en la National Gallery de Australia, en Camberra.
De todas formas, ahora se está salvando cultura, se está creando una actividad económica y se está consiguiendo que ésta sirva para la promoción y dignificación de unas colectividades minoritarias.
La muestra de Girona
Esta muestra, que se exhibirá hasta el 14 de noviembre, ha sido producida por la Fundación Caixa de Girona con la colaboración de la embajada Australiana y está comisariada por Gabriel Planella.
La muestra pretende ser una introducción al nuevo arte indígena de Australia iniciado en 1971 en Papunya y reúne trabajos de gran interés artístico, creados por artistas contemporáneos que viven y trabajan en comunidades rurales. "Puerta Abierta al Dreamtime: Arte Aborigen Contemporáneo de Australia" agrupa 41 obras -29 pinturas y 12 esculturas- creadas entre 1982 y 2003 por 18 artistas pertenecientes a 11 grupos lingíísticos diferentes. La introducción dentro de las comunidades de artistas aborígenes australianos de materiales y soportes pictóricos occidentales supuso un importante cambio para muchos de estos creadores que, sin alterar estilo ni concepto, adoptaron los nuevos materiales para crear, en la década de los 70, un arte nuevo que con el tiempo ha sido especialmente reconocido en el resto del mundo.
Los materiales utilizados para crear las pinturas, sobre tela y lino, entre otros, son acrílicos, pinturas polímeras sintéticas, pigmentos naturales y resinas que dan lugar a pinturas que oscilan entre los 220 por 250 centímetros y los 28 por 38 centímetros. Para las esculturas, los artistas han utilizado madera de diferente tipología, y diferentes pigmentos.
La exposición sigue un itinerario que empieza con uno de los primeros grupos de artistas que adoptan técnicas y soportes contemporáneos en la Australia Central, es decir, comunidades como la Papunya, Yuendumu y Utopia, discurre por la región del Kimberley, se desplaza por el Golfo de Carpentaria y se adentra al norte de la Tierra de Arnhem, para acabar en una de las islas de los Tiwi, la Isla de Melvilla, a unos 100 kilómetros mar adentro de Darwin.
Según el comisario, el recorrido muestra cómo el arte "se ha desarrollado como una revuelta ética y estética, ha mezclado raíces tradicionales con soportes y técnicas artísticas occidentales para reivindicar la supervivencia cultural de los pueblos que habitan aquel continente desde hace más de 50.000 años, unos pueblos que desde el inicio de la colonización han estado sometidos a una política que evolucionó de la aniquilación a la asimilación".