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Registro récord de ballenas en la Península de Valdés

Por Artemio Artigas

Buenas noticias de la evolución de la ballena franca. Los datos suministrados este mes por el Instituto de Conservación de Ballenas, ICB, con sede en Buenos Aires, indican que se han identificado 1420 ejemplares, este año, en la Península de Valdés, un número récord.

El Instituto de Conservación de Ballenas es una organización argentina, sin fines de lucro, fundada en 1996 con el objetivo de proteger a las ballenas, y está vinculado al Whale Conservation Institute / Ocean Alliance. Su actividad se centra especialmente en la ballena austral, con gran presencia en el Atlántico sur.

Esta ballena habita en los océanos del hemisferio sur y ha pasado por momentos de sumo peligro ya que su caza las llevó casi a la extinción. En la actualidad hay un proceso de crecimiento de ejemplares, y se calcula que existen unos 8.000 ejemplares en el mundo.

Su caza resultaba fácil, por la lentitud de movimientos del animal y el rendimiento de su explotación. En Argentina y Chile, donde se ubica gran parte de la población, se considera actualmente a la ballena franca como “monumento natural”.

Récord de ballenas

Según los datos del el Instituto de Conservación de Ballenas, durante el periodo de control anual en la Península de Valdés, mediante foto-identificación, del 31 de agosto al 2 de septiembre, se localizaron 1.420 ejemplares de la especie; el número máximo observado en 51 años de estudio.

Cada una de estas ballenas francas tiene unas callosidades sobre su cabeza que no varían con los años y que sirve, como las huellas dactilares en el caso humano, para identificar al ejemplar, lo que permite, mantener un registro a partir de las fotografías aéreas. En la campaña del año 2022 se tomaron 12.500 fotografías que ahora serán analizadas por el equipo científico, para agregar nuevos registros al catálogo que actualmente contiene más de 4.000 ballenas conocidas.

El control aéreo de este año identificó concretamente a 554 crías en las aguas del Golfo Nuevo y Golfo San José, un número muy elevado. Los vuelos de control tienen como objetivo especial identificar los individuos, en particular las hembras con crías. No es un censo –según el instituto- encaminado a contar los animales; es decir que es seguro que hay más ballenas en la zona.

Las fotografías estuvieron a cargo del Dr. Mariano Sironi, director científico del ICB y las notas y registros en GPS fueron realizados por Marcos Ricciardi.

Un registro excepcional

Mariano Sironi afirmó: “Sólo en el Golfo Nuevo contamos 998 ballenas incluyendo 382 crías. En el sector de las playas El Doradillo y Canteras cercanas a Puerto Madryn, había una línea casi continua de ballenas a lo largo de la playa con marea alta. Al sobrevolar Puerto Pirámides observamos que la bahía estaba llena de ballenas, mientras las lanchas de avistamiento acompañaban a los animales en un mediodía de sol radiante y mar calmo. (…) Durante el relevamiento en el Golfo San José observamos ballenas en sectores donde habitualmente no hay o hay pocas en la época en que hacemos los vuelos. (…). Fue un relevamiento totalmente excepcional por el altísimo número de ballenas comparado con años anteriores.

Seguimiento satelital de ballenas

El ICB también realiza una actividad de seguimiento satelital de ballenas francas australes. Un total de 18 de ellas que fueron equipadas en la Península Valdés con dispositivos satelitales en septiembre 2021 y los datos de su recorrido se difundieron en agosto, cuando los dispositivos habían dejado ya de funcionar.

Los recorridos y rutas migratorias sirven para localizar ambientes clave del ciclo de vida de la especie en el Atlántico Sur y generar información relevante para su conservación

El dispositivo satelital de la ballena Amalthea batió este año el récord de transmisión, con 302 días de funcionamiento desde su marcación en el área reproductiva de Valdés en septiembre de 2021. La distancia total recorrida por Amaltea en estos 10 meses de seguimiento fue de 19.470 km.

Amalthea, con su cría, exploró la profunda cuenca oceánica al norte de Malvinas. Luego navegó hacia las Islas Georgias del Sur y pasó algún tiempo alimentándose en dos parches productivos al sur de la plataforma que rodea al archipiélago. De allí avanzó al mar de Scotia, donde recorrió la región al oeste del arco de las Islas Sandwich del Sur. Las semanas previas a perder contacto Amaltea se encontraba nuevamente en el área de las Georgias.

Ballena franca con su cría en el Atlantico sur. Imagen del Instituto de Conservación de Ballenas, ICB

Ballena franca con su cría en el Atlantico sur. Imagen del Instituto de Conservación de Ballenas, ICB

El control de ballenas en el entorno de la Península de Valdés, por foto-identificación, ha sido especial en 2022. Imagen del Instituto de Conservación de Ballenas, ICB

El control de ballenas en el entorno de la Península de Valdés, por foto-identificación, ha sido especial en 2022. Imagen del Instituto de Conservación de Ballenas, ICB

Recorrido de Amalthea y su cría, en el Atlántico Sur

Recorrido de Amalthea y su cría, en el Atlántico Sur

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