Materia: Un poco de sangre cocida, asadura, menudos y patas de cabrito o cordero, guisantes y cebolla
Freír en aceite los despojos del cabrito con ajo y cebolla picados. Sazonar con sal, una cucharada de pimentón dulce y un poco de picante, laurel y tomillo. Añadir los guisantes, un chorro de vino blanco y dejarlo hacer hasta hallar el punto, lentamente. Se trata de una variante cercana a los callos, típica en todo el antiguo reino de León, desde la montaña a Extremadura, y muy vinculada al paso de las cañadas ganaderas que bajaban y subían por la Vía de la Plata. Admite variantes: por ejemplo, en Salamanca se le añade arroz y pimientos y a veces huevo duro.