- Se desala el bacalao durante no menos de 24 horas cambiando el agua tres veces
- Se cuecen los huevos y se dividen longitudinalmente a la mitad
- Se "templa" el bacalao (se pone en agua tibia y se deja calentar hasta que el agua se cubre de espuma).
- Se saca el bacalao y se deja escurrir sobre un paño
- Se colocan los huevos y el bacalao en la tartera de Pereruela para su traslado a la tierra "de siega"
- Se sofríen los ajos en el aceite, se echa el pimentón para que dore sin dejar que se queme y con este sofrito se rocían los huevos y el bacalao.
HISTORIA del Bacalao con huevos a la tranca: A comienzos del siglo XX el cultivo más frecuente de La Cepeda era el centeno. Las labores precisas y la siembra no necesitaban demasiada mano de obra y las hacían los propios campesinos.
Los días eran muy largos en julio y, aparte de la parva y la cena, que se daban en la casa, se hacían tres comidas en la tierra: "las diez", "la comida" y "la merienda".
El "Bacalo con huevos" era el alimento habitual para merendar durante "la siega'l pan" (se llamaba "pan" al 'centeno', por oposición al 'trigo' y 'la cebada' que se segaban más tarde).
La merienda se hacía a mitad de la jornada de tarde.
El resto de las comidas, en estas duras labores de pleno verano solían ser:
Parva: huevos batidos con azúcar y con leche o vino (al levantarse de la cama y antes de salir hacia las tierras).
Almuerzo: cuando ya llevaban un par de horas segando, llegaba el ama de casa con una olla de patatas con arroz y bacalao y con una fuente de "almóndigas" (buñuelos de huevo y harina, con migas de chorizo).
Comida: a mediodía se traía de casa el cocido de garbanzos y su compango.
Cena: al regresar a casa se hacía una comida ligera, normalmente unas sopas de ajo.
A veces se tomaban las diez, a mitad de la mañana: un bocado de pan con chorizo o jamón y un trago de vino.
El trago de vino se repetía al terminar cada "sucaina" (conjunto de tres surcos a lo largo de la parcela de tierra) para comenzar una nueva.