Esta obra trajo con su avanzada estructura metálica un aire de modernidad en las comunicaciones por carretera de la comarca de la Cepeda, y fue una infraestructura esencial para el avance de la carretera de Pandorado.
Se trata de una estructura metálica que tenía 65 metros de longitud, con los estribos y un vano de 42 metros; y que permitió una calzada para vehículos de 4,20 metros, y dos laterales para peatones, de 1,10. La misma estaría en servicio hasta que en el 2008 se terminó un nuevo puente de mayor anchura.
Arrumbados los restos de la vieja estructura cerca de la nueva, esta pudo salvarse merced a diversas actuaciones encaminadas a exigir la conservación de la misma, entre ellas la fuerte movilización vecinal, y la ayuda final de la Consejería de Fomento, que permitió su recuperación y reubicación cerca a donde siempre estuvo.
En un acto celebrado a la vera del puente, la actual alcaldesa de Villaobispo, Maite García, señaló que el día de hoy encierra una doble celebración: el siglo de vida del puente y su mantenimiento en servicio, algo que en el 2008, cuando fue desmantelado, no parecía fácil de conseguir. Su mantenimiento como pasarela sobre el rio Argañoso, en un agradable espacio de ocio, “hace que la esencia del mismo siga viva”.
La alcaldesa terminó sus palabras con una cita del poeta andaluz Manuel Benítez Carrasco en la que se este recuerda “El puente siempre se queda y el agua siempre se va”.
El acto fue abierto con unas palabras del escritor y periodista Tomás Álvarez, quien dijo que el puente cuyo centenario se celebra ha sido un eslabón de una histórica vía romana, prolongación de la Vía de la Plata, que unía el sur de España con el Cantábrico a través de Sopeña y la Cepeda. “Su pervivencia es símbolo de respeto a la historia y el patrimonio”, recalcó.
También intervino en el evento Joaquín Llamas, quien era alcalde de Villaobispo cuando se sustituyó el puente metálico por el nuevo, quien destacó el esfuerzo de todos para conseguir conservar la estructura, en una zona de ocio excelentemente diseñada, contribuyendo a la puesta en valor de la misma.
Finalmente la alcaldesa procedió al descubrimiento de una placa conmemorativa, en la que aparecen sendas fotografías del puente, con las imágenes de antaño (sobre la carretera de Pandorado) y actual (sobre el río Argañoso)
A continuación, los asistentes se desplazaron al local de la antigua escuela de Sopeña para contemplar una exposición de fotografías relativas al emblemático puente, muestra que fue presentada por Alberto Pérez Armiño, experto en proyectos de Ingeniería Civil, quien describió detalles técnicos del viejo puente metálico de la escuela de Eiffel, detalles que fueron completados por Juan Escanciano, jefe de servicio de la Consejería de Fomento, quien explicó que en la restauración del puente se habían corregido algunas modificaciones introducidas en los últimos años de vida.
La celebración fue seguida por numerosos asistentes, entre los que se encontraban gentes de Sopeña y otros puntos de la Cepeda, además de personalidades como el pintor Benito Escarpizo, los escritores Ricardo Magaz y Ángel Casado, así como alcaldes de otros municipios como Astorga y Villamejil.
Según manifestaciones de la propia alcaldesa de Villaobispo, en el curso de este Año del Centenario, se va a celebrar algún evento más, encaminado a destacar esta bella obra de ingeniería y su interés, económico y patrimonial, tanto para Sopeña como para el resto de la comarca y la provincia de León.
El puente metálico de Sopeña, en la actualidad. Guiarte.com
Desmontando el puente de Sopeña de su antigua ubicación. Guiarte.com
La alcaldesa de Villaobispo, Maite García, interviene en el acto celebrado sobre el puente, en Sopeña.
Placa conmemorativa del centenario del puente, descubierta hoy.
Numeroso público acudió al histórico puente de Sopeña para presenciar el acto del aniversario.