Paisaje inveral. El río Tuerto a su paso por La Forti, en las afueras de Sopeña. Fotografía de Raquel Alvarez Canseco.
El popular puente metálico de Sopeña, cuando estaba aún en uso. Imagen de Guiarte.com
Paisaje invernal. El río Tuerto a su paso por La Forti, en las afueras de Sopeña. Fotografía de Raquel Álvarez Canseco.
La zona de fluvial de ocio, en Sopeña, en una imagen de otoño. Guiarte.com
SOPEÑA se sitúa al sur de un castro astur, a apenas 4 kilómetros al norte de Astorga, León. Su nombre alude a que está en posición inferior al castro: sub-penna.
En Sopeña hubo desde la antigüedad un antiguo puente de piedra que debió corresponder a la vía romana que cruzaba por Ferreras y Valdesamario hacia Asturias, vía que terminaba en el entorno de la desembocadura del Nalón. Hace más de siglo y medio, el Diccionario de Pascual Madoz sostenía que aún se detectaba uno de los sólidos pilares de piedra.
En ese destacado texto se indicaba que entonces el lugar dependía del municipio de Otero. Contaba con 40 casas y tenía escuela de Primaria. Aparte de las labores agrarias, también había telares de lienzos. Habitaban entonces 122 personas.
El lugar tuvo cierto desarrollo hace aproximadamente un siglo, cuando se construyó el conocido puente metálico diseñado por Ángel Joaquín Abreu ( se inauguró el 3 de noviembre de 1919) y cuando poseía una cierta actividad turística en torno a La Forti, balneario La Fortificante, donde la burguesía astorgana se recreaba.
Hoy Sopeña es un tranquilo lugar, con una población de algo menos de un centenar de habitantes, en medio de un paisaje alegrado por el paso del río Tuerto. Muy cerca del río existen unos peñascos que –según la tradición- conservan las huellas del caballo del patrón Santiago, que, ¡Oh prodigio!, saltó de un fuerte brinco el valle.