Sevilla 15 de noviembre de 2001. guiarte.com
Guerreros, conductores de caravanas, a veces salteadores, los Tuareg han sido portadores de una cultura nómada, que ahora se muestra en Sevilla, del 16 de noviembre de 2001 al 5 de enero de 2002.
La Junta de Andalucía y la Fundación La Caixa presentan en el Monasterio de Santa Inés "Tuareg. Nómadas del desierto", una muestra sobre la vida de este legendario pueblo de nómadas del Sáhara, a través de 275 objetos de uso cotidiano
La exposición reúne enseres domésticos, joyas, prendas de vestir e instrumentos musicales, los más antiguos de 1890 y los más recientes de la década de los setenta. Se abre y se cierra con dos tiendas de tamaño real, con su estructura tradicional, el techo de cuero y los camastros, así como otros objetos de uso diario.
Gran parte de estas piezas proceden del museo de Neuchatel dedicado a la cultura tuareg. Su director, uno de los comisarios de la muestra, Francois Borel, ha vivido con los tuaregs en el desierto. Él explicó que los tuaregs sólo poseían objetos pequeños que fueran fácilmente transportables, y mostró la habilidad para el reciclaje, con el ejemplo de una vihuela monocorde fabricada con un recipiente metálico y una flauta hecha con la pata de una cama metálica.
El otro comisario de la exposición, Albert Costa, dijo que se trata de pueblos casi mediterráneos, los antiguos libios de la época romana, y que su historia es muy mal conocida porque los nómadas no suelen dejar rastros arqueológicos.
Nómadas del desierto
Los tuareg forman parte del mito: jinetes sobre elegantes camellos, viajeros en una tierra infinita, son, para los europeos, uno de los últimos pueblos libres de nuestro planeta.
Pero la realidad es muy diferente. Sometidos a unas condiciones extremadamente adversas, estos grupos nómadas padecen frecuentes periodos de hambre y se ven obligados a practicar el pillaje como medio de subsistencia. Víctimas de la represión colonial y de la posterior división del desierto en áreas, actualmente viven recluidos en tres Estados y su libertad de movimientos está muy restringida.
La sedentarización y la necesidad de buscar nuevos medios de vida es, por lo tanto, el destino de este pueblo antiguamente poderoso y temido.
Habitantes de un territorio inmenso e inhóspito
Los tuareg son un pueblo de pastores nómadas que habita en el desierto del Sahara y en las sabanas del Sahel. Esta zona se extiende a lo largo de un millón y medio de kilómetros cuadrados y comprende territorios de tres Estados africanos: Argelia, Malí y Níger. La vida es extremadamente dura en este rincón del planeta: el agua escasea, las tormentas de arena son muy violentas y la diferencia de temperatura entre el día y la noche es abismal.
Tuareg. Nómadas del desierto da cuenta de cómo este pueblo se ha enfrentado desde tiempos remotos a un medio tan hostil adaptando su economía pastoril a los recursos disponibles. La exposición reúne objetos de uso cotidiano: cruces de Agadés, amuletos, dagas-brazalete, tablillas coránicas, embudos de madera para cebar a las jóvenes, albardas de camello, sillas de montar, cepos para gacelas, morteros... Asimismo, se incluye el maniquí de un tuareg con su vestimenta tradicional, dos tiendas con todos sus elementos y dos vídeos.
La mayoría de las piezas exhibidas procede del Musée d’ethnographie de Neuchâtel (Suiza), institución que desde hace más de 70 años lleva a cabo misiones de investigación entre los diferentes grupos tuareg y cuyos fondos reflejan todos los aspectos de la cultura antigua de estos grupos nómadas. Otros dieciséis objetos han sido cedidos por el Musée National de Malí --que también posee fondos de la época colonial--, y uno ha sido prestado por un coleccionista privado.
La exposición está estructurada en cuatro ámbitos principales: la historia, la economía, la vida cotidiana y la artesanía. Estos apartados, divididos a su vez en múltiples secciones, ofrecen una visión amplia de la cultura tuareg en su época de esplendor. A modo de epílogo, la última sala da cuenta de la progresiva decadencia de estos grupos nómadas tras su integración en los Estados nación modernos y la inevitable sedentarización.
Historia
Los tuareg pertenecen al grupo de los bereberes que habitan en el norte de África y en la antigüedad recibían el nombre de libios por parte de griegos y romanos. Como consecuencia de la invasión árabe (del siglo VII al XI), estas sociedades se fragmentaron. Los tuareg se refugiaron en los macizos centrales del desierto, conservando la lengua original (el tamasheq) y la antigua escritura (el tifinagh).
Pese a convertirse al Islam, nunca abandonaron sus creencias animistas. La historia de este pueblo nómada sólo es conocida parcialmente gracias a los textos de los cronistas árabes, que se refieren a ellos como valientes guerreros que asaltaban caravanas y conquistaban ciudades, como Tombuctú. A través de citas de antiguos textos, leyendas, mapas, amuletos y tablillas coránicas, este primer apartado repasará los capítulos más importantes de la historia de los tuareg.
Economía
Los camellos, los bóvidos, las cabras y las ovejas son la principal fuente de riqueza de los pueblos tuareg. Mientras que el camello se adapta a la perfección a la vida del desierto, el caballo es un animal que requiere cuidados permanentes y que tan sólo otorga prestigio a su dueño.
Actualmente, la falta de pastos para el ganado obliga a los tuareg a practicar la trashumancia y desplazarse hacia el sur, donde intercambian animales y productos lácteos por cereales, té, mantas y telas con los pueblos agrícolas de la sabana.
También practican la caza, para lo que hacen servir trampas. En este segundo apartado se exhiben los diferentes elementos de la montura de un camello (bridas, silla...); los recipientes empleados en la elaboración del queso; técnicas y trampas para cazar animales, etcétera.
Vida cotidiana
La vida de estos pueblos nómadas transcurre alrededor y dentro de la tienda, que varía según la región de procedencia. En este ámbito se presenta el montaje de una tienda y sus principales elementos: cómo se fabrican las esteras, los cojines de cuero, las separaciones entre los espacios y los grandes sacos donde se disponen los ropajes y los objetos de valor. Se muestra asimismo la distribución del trabajo por sexos, haciendo hincapié en el papel de la mujer en la cultura tuareg. Los ratos de ocio se dedican a la oratoria, los acertijos y la música.
Artesanía
Los artesanos tuareg consagran toda su inspiración a las artes de orfebrería y el cuero, especialmente a la confección de joyas de plata, bolsos de gala y almohadones. Dicha inspiración surge de una arraigada tradición simbólica que remite a crencias preislámicas en las que dominan los motivos decorativos geométricos: la cruz, el damero, la red de rombos, el triángulo equilátero, las puntas de flecha estilizadas... Los aderezos y las joyas de plata son confeccionados por los herreros, una casta despreciada pero temida por los tuareg. Manipulan el fuego y transforman los elementos, por lo que tienen un contacto especial con las fuerzas ocultas. De sus manos salen valiosas obras, que se exhiben en la muestra junto a su contexto social.
La exposición Tuareg. Nómadas del desierto, cuyos comisarios son Albert Costa y François Borel, se ve en la Sala de Exposiciones de Santa Inés (calle de Doña María Coronel, 5; Sevilla), del 16 de noviembre de 2001 al 5 de enero de 2002.
Cruz tuareg.