Marraquech, Marruecos, 10 de noviembre de 2001. Por Artemio Artigas. guiarte.com Los ministros de Energía y de Medio Ambiente de unos 160 países, reunidos en la Conferencia del Clima, en Marraquech, Marruecos, alcanzaron un acuerdo para la aplicación del Protocolo de Kioto sobre emisión de gases contaminantes.
El objetivo de la cumbre, que se celebró desde el 29 de octubre al 9 de nocviembre, era decidir los detalles de la aplicación del Protocolo de Kyoto, para que pueda entrar en vigor lo antes posible, a poder ser a inicios de 2002. Los debates han sido difíciles. En un último esfuerzo, la Unión Europea y los países en vías de desarrollo convencieron al grupo más reticente, entre los que se cuentan Canadá, Japón, Australia y Rusia.
Los motivos de disputa han sido los cupos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países desarrollados; el derecho de uso de determinados privilegios ecológicos para los países que incumplan el Acuerdo de Kyoto; las repercusiones económicas sobre los países productores de petróleo de la disminución en el consumo de este combustible; y la obligación a informar sobre los sumideros de dióxido de carbono.
La disputa más grave fue la que afectó a Rusia. Durante la cumbre de Bonn, a cada país se le aplicó una cantidad máxima de toneladas de carbono que podía descontar del saldo total por sus actividades forestales. Rusia demandaba que esta cifra fuera de 33 millones de toneladas, pero entonces sólo se le concedieron 17 millones, finalmente se aceptó su petición de ampliar la cuota.
El acuerdo de Marraquech pondrá fin a casi cuatro años de negociaciones destinadas a fijar modalidades de aplicación que permitan a los países industrializados respetar sus cotas de emisión definidas en Kioto, sin comprometer la competitividad de sus industrias.
Los países firmantes del Protocolo de Kioto poseen ahora la herramienta necesaria para iniciar la ratificación parlamentaria en los respectivos países. El Protocolo ha sido ratificado hasta ahora por 40 países no industrializados. Kioto entrará en vigor noventa días después de que sea ratificado por un mínimo de 55 países cuyas emisiones representen el 55 por ciento del total mundial.
El Protocolo de Kyoto, firmado en 1997, establece una serie de medidas para reducir un 5,2 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero de los países industrializados entre 2008 y 2012, tomando como referencia los niveles de 1990.
Datos de historia
En los últimos 100 años, la emisión a la atmósfera de seis gases de efecto invernadero -el dióxido de carbono, el óxido nitroso, el metano, el hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y el sulfuro hexafluoruro- contribuyó a que la temperatura media del planeta se incrementara entre 0,3 y 0,6 grados. De no corregirse la situación, los expertos estiman que durante este siglo XXI la temperatura podría subir hasta 3,5 grados más.
La anterior conferencia, la de Bonn, rondó el fracaso. Tenía que concluir el domingo 22 de julio, pero los 178 países presentes en la cumbre se negaron a aceptar el fracaso y continuaron la negociación durante la noche, en unas 30 horas llenas de momentos críticos. Fiinalmente se llegó a un acuerdo, aunque el compromiso, por desgracia, no incluyó a EE.UU. que provoca un tercio de la contaminación del planeta por sus gases tóxicos.
La Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático de Bonn fue la segunda parte de la celebrada en noviembre pasado en La Haya.
La conferencia de La Haya –prolongada en Bonn- tenía como objetivo principal definir los mecanismos de aplicación del Protocolo de Kioto, pero se suspendió sin acuerdo, debido a las diferencias insuperables entre los principales negociadores, la Unión Europea y Estados Unidos.
Durante las últimas décadas ha ido creciendo la preocupación por el cambio climático y sus efectos, por lo que se plantearon sucesivas reuniones e iniciativas para estudiar el efecto invernadero y adoptar conjuntamente una política de defensa de la naturaleza, con reuniones celebradas en diversas capitales del mundo.
En 1992, en el Comité Intergubernamental de Negociación del Convenio general sobre Cambios Climáticos de la ONU, delegados de 140 países aprobaron un convenio no vinculante sobre el Cambio Climático, que en el mes de junio fue firmado por los representantes de los países asistentes a la Cumbre de la Tierra, de Río de Janeiro.
Posteriores conferencias sobre el cambio climático en Berlín y Ginebra mostraron la preocupación por la incidencia del factor humano en el cambio climático y reconocieron la necesidad de fijar objetivos cuantitativos legalmente vinculantes para limitar la emisión de gases por los países industrializados. En 1997, en la III Conferencia celebrada en Kioto, se logró un acuerdo para frenar la degradación medioambiental de la Tierra, obligando a los países industrializados a reducir sus emisiones de gases.
El protocolo de Kioto establece medidas concretas para reducir las respectivas emanaciones de seis gases (CO2, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y sulfuro hexafluoruro).
Reuniones posteriores en Buenos Aires(1998) Bonn(1999) y La Haya(2000), mostraron las dificultades de algunos países industrializados para asumir el protocolo. EEUU fue clave en estos fracasos.
La oposición de Estados Unidos a ratificar el acuerdo de Kioto se acentuó tras la asunción de la presidencia de la Unión por George W. Bush, quien declaró tajantemente, en marzo pasado, que su país no firmaría el texto de Kioto. Esto incentivó el afán anticontaminante de la opinión pública, en todo el mundo, aunque también matizó la posición de algunos países aliados de EE.UU.
Contaminación. Composición de guiarte.com