Málaga, 7 marzo de 2017
La obra de Kandinsky goza de gran popularidad, sin embargo, a menudo escapan a la atención del público detalles significativos que formaron la concepción artística del pintor.
"Nací en Moscú el 5 de diciembre de 1886. Hasta los treinta años soñé con llegar a ser pintor, pues amaba la pintura más que cualquier cosa. Me resultaba difícil sobreponerme a ese deseo. Pero el arte me parecía un lujo inaccesible para un ruso en aquella época, así que escogí especializarme en economía nacional en la universidad", escribió Kandinsky en la introducción autobiográfica a una exposición de sus obras de entre 1902 y 1912.
Esta especialización llevó a Kandinsky en 1889 a la provincia de Vólogda, al norte de Rusia, como parte de una expedición en la que investigó concienzudamente las condiciones de vida, sociales y económicas del pueblo ziriano. Kandinsky escribió varios artículos sobre este grupo étnico, del que le atrajeron su forma de vida y su arte.
En esa época las expediciones tenían la finalidad de estudiar regiones remotas, ricas en recursos minerales. Los pintores que participaban en esas exposiciones se encontraban con una naturaleza ignota y pueblos autóctonos cuya existencia y forma de vida desconocían. La sencillez de la naturaleza, del modo de vida y de las costumbres que Kandinsky conoció en el norte lo convencieron de que ese estilo de vida minimalista, propio de quien habitaba en regiones remotas de Rusia, no los privaba de las emociones y de los sentimientos inherentes al ser humano.
Kandinsky daba especial importancia al concepto ziriano de ort (espíritu, alma). Según Kandinsky, todas las personas tienen su propio ort, que viene con la persona cuando nace. Desde entonces, el tema del «alma» aparece recurrentemente en su correspondencia y en sus artículos. La convicción de Kandinsky de que, tanto en la vida como en el arte, el alma debe prevalecer sobre lo material, formó su concepción del mundo a finales de la década de 1880.
El tema del contenido interior se convirtió durante mucho tiempo en la base de sus reflexiones teóricas y de sus búsquedas prácticas de un nuevo lenguaje artístico. Una aspiración en total consonancia con la concepción del mundo de los artistas rusos y europeos, de los poetas y de los músicos de la época del simbolismo.
El alejamiento del naturalismo en favor de la presentación emocional del mundo hizo que los temas ligados a los milagros, a las visiones y a las metamorfosis adquirieran gran popularidad entre los pintores rusos a finales del siglo XIX y principios del siguiente y se asociaron tanto al simbolismo europeo como a las tradiciones del folclore nacional.
En el inicio de su actividad artística, Kandinsky rindió tributo a esa tendencia con cuadros de temática folclórica y de la historia antigua de Rusia. Ese interés por la vieja Rusia fue, sin duda, sólo un episodio en la biografía del artista. No obstante, dejó una huella importante en su obra, de modo que, posteriormente, de una manera u otra, volvería a los temas de leyendas y cuentos.
La muestra de la Colección del Museo Ruso, San Petersburgo / Málaga indaga, a través de 78 piezas, en los años rusos del artista pionero y creador de la abstracción tal como la conocemos en nuestros días, con obra de Kandinsky proveniente del Museo Ruso de San Petersburgo y de otras colecciones públicas y privadas de Rusia.
La exposición está acompañada por autores que compartieron un mismo espíritu y un mismo deseo de innovación partiendo siempre del sustrato cultural ruso, del que se muestran piezas de arte popular del siglo XIX e iconos de los siglos XVI, XVII y XIX que muestran cómo Kandinsky y su círculo se inspiraban en las viejas tradiciones rusas para asumirlas y después superarlas.
Del interés por las tradiciones atávicas de los primitivos habitantes de Rusia se pasará a las fórmulas expresionistas para terminar desarrollando una abstracción que tendrá como inspiración original justamente esas formas y colores de la Rusia eterna.
Interesado desde sus años jóvenes en la etnología, Kandinsky se pone en diálogo con los artistas que le precedieron y los que le siguieron en su investigación estética, así como también con el arte en el que encontró su inspiración, como puede ser el caso de los iconos de los siglos previos, el arte popular y los grabados, que unían composiciones ingenuas con un colorido sorprendente. De este modo, se proporciona una nueva perspectiva acerca de Kandinsky desde su contexto ruso.
COMPOSICIÓN SOBRE FONDO EN BLANCO, 1920 VASSILY KANDINSKY, VEGAP, MÁLAGA, 2017
Y V. KANDINSKY CUADRO CON ORLA BLANCCA. 1913. MUSEO S. R. GUGGENHEIM, N.Y., EE.UU.
Y V. KANDINSKY AMAZONA CON LEONES AZULES. 1918.