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Defensa de las ballenas

La Comisión Ballenera Internacional, reunida en Corea, pidió a Japón a que detenga su nuevo programa de llamado sibilinamente de "capturas con fines científicos".

Fue en una resolución presentada por Australia y otros países contrarios a la caza de cetáceos, en la reunión que se está celebrando en Corea, y a donde Japón llegó con la intención de ampliar su pesca anual de ballenas de 400 hasta 850 ejemplares.

La CBI se reunió en Ulsan, sureste de Corea del Sur, en su asamblea plenaria anual número 57. La Asamblea dio otro No a las presentaciones de Japón de abolir un santuario del océano del Sur, por 30 votos contra 25 y dos abstenciones.

Los países que mayor oposición muestran a los renovados planes nipones de aumentar sus cuotas de captura de ballenas son Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia.

Japón ha emprendido una campaña de descrédito contra estos países que se oponen a la caza ballenera, después de que su propuesta de retomar la explotación comercial ilimitada fuera rechazada. Un Japón desafiante reafirmó su intención de continuar con su nuevo plan de capturas. Joji Morishita, comisionado japonés de la CBI, dijo que todos los estados miembros de la Comisión conocen la postura nipona que presenta un llamado “programa de investigación científica” destinado a , duplicar su cuota anual de captura de ballenas minke(de 400 a 800). Además incluye otras 50 ballenas de especies como la jorobada o yubarta y la rocual común, algo que ha escandalizado a los conservacionistas.

La condición no vinculante de lo aprobado permite a Japón continuar con la captura de ballenas con "propósitos científicos", unos propósitos que llevan la carne de ballena a los platos de los restaurantes del archipiélago.

Japón detuvo la pesca comercial de ballenas tras la moratoria de la CBI, que entró en vigor en 1986, pero al año siguiente inició la pesca “de investigación” en el Antártico y en el Pacífico noroeste en 1994, lo que es objeto de las denuncias permanentes de grupos ecologistas en todo el mundo. Aparte de Noruega, el único país en el mundo que lleva a cabo caza comercial de ballenas, e Islandia, que lo hace también con fines científicos, la CBI solo condona la pesca de esos cetáceos realizada por grupos aborígenes

Corea del Sur, país que organiza la reunión de la CBI, es otra de las preocupaciones. El Gobierno de Corea permite en la actualidad el comercio interior de carne de ballena y delfines que son capturados "de forma accidental" en redes de pesca. Las estadísticas del Gobierno muestran que en Corea se capturan "accidentalmente" cientos de veces más ballenas que en países que no tienen un mercado interior de carne de ballena. Además, el Ministro de Asuntos Marítimos y Pesca de Corea ha declarado públicamente su interés en iniciar un programa de caza de ballenas con fines "científicos".

La masacre ballenera

Según informa Greenpeace-Chile, durante el último siglo, gran parte de las poblaciones de ballenas fue diezmada a causa a su caza comercial. Se estima que entre 1925, año en que se introdujo el primer barco factoría ballenero, y 1975, un total de más de 1,5 millones de ballenas ha muerto. Sus perseguidores cazaban las diversas especies pasando de una población a otra a medida que dichas poblaciones disminuían debido a su explotación. Luego de reiteradas demandas por parte de la comunidad mundial, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) aprobó una moratoria sobre la caza comercial de ballenas, que entró en vigor en 1986.

Hoy, Noruega continúa con su programa de caza comercial en el Atlántico Norte desobedeciendo la moratoria de la CBI y Japón realiza la caza de este cetáceo bajo el nombre de "caza científica", a pesar de que la carne de ballena se vende en el mercado con fines comerciales. Por su parte, Islandia anunció un programa de "caza científica" de tres años sin la aprobación del Comité Científico de la CIB y que Estados Unidos ha calificado como "inútil". En los últimos tres años, estos tres países han aumentado los recursos destinados a sus programas de caza. Además, presionan enérgicamente para lograr que se levante su prohibición, hecho que traería consecuencias devastadoras para estos cetáceos del planeta que recién comienzan a recuperarse de la explotación sufrida por años. Debido a que crecen y se reproducen lentamente, la restitución de las poblaciones toma bastante tiempo. Además, las ballenas ya están en peligro debido a las diversas amenazas medioambientales provocadas por el hombre, tales como la contaminación tóxica y el cambio climático.

Desde 1987, Japón ha dirigido la caza anual en el Antártico bajo la denominada "caza científica", sin embargo, esta última en realidad es una empresa comercial: la carne de ballena que se obtiene de la "investigación" ballenera japonesa se vende con fines comerciales en este país; transacción que asciende a los 4 mil millones de yenes al año.

Desde que comenzó la "caza científica" de estos cetáceos, Japón ha ido gradualmente ampliando la extensión de sus operaciones, ya sea mediante del aumento de sus cuotas autoasignadas como a través de la expansión de sus operaciones de caza a otras áreas, incorporando así una segunda “caza científica” en el Pacífico Norte. En el año 2000, Japón contravino la CIB y la opinión mundial al expandir la caza en el Pacífico Norte sumando dos nuevas especies: las Sperm y Bryde. Esto genera niveles de indignación pública nunca antes vistos y la protesta diplomática de todas partes del mundo.

A pesar de la oposición internacional, la caza ballenera que realiza Japón podría continuar expandiéndose. En los últimos años, este país ha aumentado los recursos que destina a sus programas de caza y ha insistido en desobedecer la prohibición de la caza comercial. Además, su influencia en la CBI ha ido en aumento como consecuencia de la compra de votos. También ha invertido bastante en una ofensiva de relaciones públicas creada para convencer al público de que la caza de ballenas es cultural y económicamente importante para la nación y que estos cetáceos amenazan la conservación de las reservas de peces debido a que consumen demasiado pescado. Sin embargo, dichos argumentos no se sustentan en una base científica.

La carne de ballena es un alimento de lujo en Japón. Una encuesta de opinión llevada a cabo en 1999, demostró que sólo el 11% de los adultos japoneses apoya la caza de ballenas y que el 14% de este sector se opone a ella.

Malos presagios

Al término de la reunión, los conservacionistas mostraban preocupación. Greenpeace dio un comunicado en el que se indicaba que pese a que los países favorables a la caza de ballenas no han conseguido ganar ninguna votación clave para aumentar la caza de ballenas en esta reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), el Gobierno de Japón ha anunciado que seguirá adelante y duplicará el número de ballenas que caza en aguas antárticas. El próximo mes de diciembre Japón planea cazar cerca de 1.000 ballenas, incluyendo el rorcual común, una especie amenazada

El plan de Japón de duplicar la caza de ballenas en aguas antárticas no es la única mala noticia que se ha producido en la reunión de la CBI. Además de este aumento, Japón puede tener segura una mayoría de votos el año que viene. Los países que se unieron a la CBI el pasado viernes, y que votarán a favor de Japón (Camerún, Gambia, Nauru y Togo) no asistieron a la reunión y después de la votación contra la vuelta a la caza comercial de ballenas, un miembro de la delegación japonesa declaró que Japón estaba ganando apoyos: "el próximo año estos países participarán... el punto de inflexión, darle la vuelta a la historia, está cerca".

"El Gobierno japonés está tomando la CBI y es necesario actuar para evitarlo. Si el año que viene se retoma la caza comercial de ballenas no será porque haya cambiado la opinión mundial, sino sólo porque ha variado la composición de la CBI debido a la política de compra de votos de Japón."- ha declarado Sebastián Losada, responsable de Océanos de Greenpeace.

Greenpeace reconoce los esfuerzos de los países contrarios a la caza de ballenas en esta reunión, pero ha demandado a estos países que vayan más allá de la retórica política y den pasos concretos para demostrar que se toman en serio este tema y que aseguren protección para las ballenas.

"La delegación japonesa ha enviado una señal muy clara de sus intenciones: después de que la Comisión votara en contra de su programa de caza científica (que ahora incluirá la caza de rorcuales comunes y yubartas, gravemente amenazadas) el Gobierno japonés ha afirmado que ignorará la Resolución de la Comisión y seguirá adelante con su programa de caza."- añadió Sebastián Losada, responsable de Océanos de Greenpeace.

Es fundamental que la CBI debe también comenzar a trabajar en otras amenazas a las ballenas tales como las capturas accidentales en redes de pesca, contaminación, y los efectos del cambio climático.

"Es necesario hacer frente a los problemas de conservación de las poblaciones de ballenas y actualmente la CBI no llega ni de lejos a ejercer este papel"- añadió Losada- "Cada día 1000 cetáceos mueren capturados en redes de pesca y muchos más sufren las consecuencias de la contaminación química y del cambio climático".

Se espera que Islandia, que también caza ballenas con "fines científicos", anuncie su cuota en los próximos días. El buque de Greenpeace Artic Sunrise, está actualmente en Islandia para comunicar la necesidad de conservar las ballenas y las alternativas que suponen otras actividades como el turismo de avistamiento de cetáceos.

 

 

 

 

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