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Londres, 3 de enero de 2001
Cherie Blair, la mujer del primer ministro inglés, declaró el último día de apertura del Millennium Dome que es una pena que se cierre. Pero nadie pudo impedir el final de la polémica Cúpula del Milenio londinense.
La mujer acudió con sus hijos y no escatimó calificativos: Es fantástica, a los niños les encanta. Piensan que es una atracción genial. En realidad, es la tercera vez que venimos. Es una pena que este sea su último día.
Pero con el fin del 2000 llegó tambien el del Millennium Dome, una de las grandes atracciones de Londres para celebrar el año 2000, inaugrada un año antes por la reina Isabel II, y permanentemente expuesta a las críticas por su endeble resultado económico.
Tony Blair presentó al Dome como el gran monumento del Reino Unido para recibir el tercer milenio. Se trata de un gran pabellón, a orillas del río Támesis, barrio de Greenwich, que sólo pudo permanecer abierto merced a sucesivas aportaciones económicas no previstas en principio por los organizadores.
Unas 30000 personas visitaron el centro en su último día. Pocos para equilibrar el pobre balance anual: se contabilizaron 6,5 millones de visitantes, frente a los 12 millones previstos.
La hora final del proyecto llegó tras una nochevieja que animó sus espacios a menudo vacíos. El futuro del gran edificio es incierto. Tal vez acabe siendo un centro empresarial
El déficit
El gobierno Blair sufrió en su reputación el mal resultado económico. A los 200 millones de libras (unos 50.000 millones de pesetas) presupuestados en origen hubo que añadir finalmente 390 millones de libras adicionales, para mantener en activo el centro.
El gran proyecto, comparado desde un principio con el Coliseo y las mismas Pirámides de Egipto, por sus dimensiones, naufragó en medio del regocijo de los conservadores, que no perdieron ocasión para zaherir al gobierno laborista, acusándolo de un despilfarro inútil.
Esto desanimó incluso a posibles inversores privados tentados de mantener en la orilla del Támesis un centro permanente de ocio.
En la última jornada, el ministro portavoz del Gobierno británico, Alistair Campbell, tambien visitó el centro, y criticó a los medios de comunicación su permanente acoso. Sin embargo la opinión publica estima que han fallado otras cosas: el espectáculo, la comunicación y -sobre todo- unos precios que retrajeron a posibles visitantes, por su elevada cuantía.
Los visitantes faltaron y los objetos de las tiendas del Dome sobraron. En los últimos días se ofrecían a precios de rebaja.
Pagina web de la Millennium Commision: http://www.millennium.gov.uk/
Espectacular imagen del Millennium Dome. Fotografía de millennium.gov.uk