Ginebra, 24 de noviembre de 2008
Que en medio de una crisis económica profunda, que afecta a todos los países, en mayor o menor medida, pero que es más grave allí donde hay más necesidad, se presente una obra de tal magnitud y ostentación resulta sumamente llamativo: no sólo por el pintor, entre los más universales del panorama español, sino por la presencia de los Reyes de España y el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Pero lo que acentuó el impacto mediático ha sido la crítica -avivada partidistamente- por el hecho de que esa sala tan ostentosa sea financiada por España... y en buena parte con dinero del Fondo de Ayuda al Desarrollo.
Puede ser interesante la inversión desde el punto de vista del arte y de la imagen. Puede ser legal la utilización de estos fondos en “apoyo” de una institución internacional que lucha por la justicia y los derechos humanos...
¿...Pero es ético?
Por cierto, el Estado de España ha pagado desde el mobiliario a la Cúpula de l Barceló: 7,4 millones de euros.
ONUART, la Fundación impulsada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, con el apoyo de socios privados y públicos, para llevar a cabo el proyecto informa que la cúpula elipsoidal de casi 1500 m2 ha sido el “mayor reto para Miquel Barceló en sus 50 años de vida”, un retro en el que el artista ha lanzado sobre ella más de cien toneladas de pintura. Todo muy mediático y divertido.
SI; apoyo para el arte y el diseño, pero tal vez NO en una utilización de Fondos de Ayuda al Desarrollo en un edificio de lujo, en una ciudad de lujo, y en uno de los países de mayor renta del mundo.
Un detalle de la cúpula de Barceló financiada por España.