España no es un pastel

Madrid, 21 de febrero de 2013
La sociedad está ya cansada de ver cómo siempre son los mismos, los más débiles, quienes pagan por las crisis que generan los más poderosos. Por este motivo, los directores de Greenpeace, Amnistía Internacional e Intemón Oxfam han unido sus fuerzas una vez más, para presentar un decálogo de medidas en el que los derechos de las personas, la igualdad social y el medio ambiente sean la piedra angular para un futuro mejor.

La pérdida de los derechos sociales, la degradación ambiental o la inestable situación económica y política del país son algunos de los motivos fundamentales que han hecho que ciudadanos y ONGS se pongan en pie de guerra, sostienen los firmantes.

Con la excusa de la crisis, unos pocos disponen del patrimonio natural de todos. Ex-presidentes de gobierno, ministros y secretarios de estado acaban con altos cargos en compañías eléctricas, petroleras o constructoras. La corrupción urbanística se lleva por delante bosques y playas. Y el oligopolio eléctrico pone en jaque a uno de los pocos sectores de futuro en este país, las energías renovables.

Afirman que "El Gobierno esta procediendo a desmantelar toda ley de protección ambiental que se encuentre por el camino y que suponga un obstáculo para la inversión. Su avidez por privatizar es insaciable". Pero España no es un pastel que los ricos puedan repartirse en su beneficio.

El medio ambiente es la gran oportunidad para salir de la crisis. Apostar por la sostenibilidad es apostar por la mejora de la calidad de vida de las personas, es apostar por la generación de empleo estable y de calidad. Movilidad sostenible, energías renovables, ahorro y eficiencia energética para ganar la batalla al cambio climático; pesca y agricultura sostenibles para unos océanos y bosques con futuro; rehabilitación de viviendas bajo criterios ecológicos para ofrecer un futuro aln sector de la construcción; gestión forestal próxima a la naturaleza para evitar que los incendios arruinen nuestros bosques.

España tiene que cambiar, y este cambio está en manos de aquellos que nos gobiernan. Es hora de apostar por un nuevo modelo económico y de buscar políticas necesarias para garantizar los derechos de las personas, reorientar la gestión de los recursos naturales y el modelo energético a favor del empleo y la sostenibilidad, y apostar por una política fiscal y económica equitativa y justa.