Oviedo, 10 de septiembre de 2013
La Cordillera Cantábrica es prácticamente el punto más destacado de la Península Ibérica por su calidad ambiental. En ella están todas las especies de vertebrados catalogadas en España, salvo el lince.
Pero hay una especie harto peligrosa que sigue pululando: la del cazador furtivo, a veces apoyado por funcionarios del gobierno.
Fapas informó el jueves día 05 de sepiiembre que durante el desarrollo de una acción rutinaria para controlar el transito de vehículos no autorizados por pistas que dan acceso a un lugar frecuentado por osos se pudo observar, con el apoyo del Seprona de Barruelo de Santullan, como un guarda de Cantabria acompañado de cazador habían desarrollado una cacería y abatido un ejemplar de ciervo macho dentro de la provincia de Palencia, en lo que es el Parque Natural Montaña Palentina y en lo que viene a ser administrativamente el Cuartel de Caza de Lores para la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas, espacios gestionados por la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Ante el requerimiento protocolario de autorizaciones por la autoridad castellana y leonesa que los interceptó, los participantes de la cacería no pudieron acreditar la imprescindible autorización "excepcional" por órgano competente de la Junta de Castilla y León y necesaria para que pudieran cazar en Castilla y León, puesto que de forma ordinaria un funcionario de Cantabria no está habilitado en el ejercicio de sus funciones profesionales para desarrollar gestión cinegética alguna fuera de su comunidad, además, y en lo que respecta al cazador que acompañaba al guarda de Cantabria, para cazar en Castilla y León se debe poseer también la pertinente licencia de caza autonómica que el cazador no pudo acreditar. Una vez se recabaron los datos necesarios, se decomisó la cabeza del ciervo macho abatido.
Afirma FAPAS que "resulta por lo tanto "curioso" que el Gobierno de Cantabria justifique su peregrina argumentación en defensa de los presuntos infractores, utilizando un presunto apoyo verbal a su tesis del SEPRONA de la Guardia Civil. Justificación la del Gobierno de Cantabria, qué entre otras cosas, pasa por resultar muy habitual en el mundillo de la caza cuando se sorprende a alguien cazando en un coto diferente y contiguo al autorizado. Además cabe añadir como "anécdota" que la autorización de caza que portaban del Gobierno de Cantabria situaba su área de caza a más de 8 km. (en línea recta) del lugar más próximo, y perteneciente a Cantabria, al lugar perteneciente a Palencia donde fueron sorprendidos cazando".
Los gobiernos -estatales o autonómicos- deben perseguir siempre a los cazadores ilegales, pero deben "erradicar" de raíz a los funcionarios que se convierten en infractores y guías de infractores, por irresponsabilidad o por negocios particulares. En eso hay que ser especialmente radicales en territorios de alto valor ecológico.
Fapas detecta una cacería ilegal en la Cordillera Cantabrica. Imagen de www.fapas.es/