Es lamentable que en tiempos de crisis la cultura sea la primera que sufre recortes… pero también es cierto que en estos momentos de una sensibilidad especial por las circunstancias de la crisis del país… se descubren por doquier los amiguismos y las falsas éticas que en tiempos de bonanza hubieran pasado desapercibidas.
El MUSAC es un centro de arte moderno, que está siendo foco noticioso últimamente. Primero por las dificultades económicas que merman su actividad, luego por las denuncias de injerencia en su gestión, ahora por la ética de algunas actuaciones…
Que el MUSAC es una obra de arte en sí mismo está fuera de toda duda, no en vano el edificio logró el premio de arquitectura Mies Van der Roe y sus exposiciones han logrado eco amplio. Sin embargo, en las últimas semanas han salido los trapos sucios del museo, dependiente de la Junta de Castilla y León, que son dignos de sonrojar al más descarado. Todo ello a raíz de la dimisión de la ya exdirectora del MUSAC Eva González-Sancho, que no había pasado ni el periodo de prueba y que dejó el cargo criticando las "injerencias" de la Junta, que, dicho sea de paso, salta a la vista que haberlas, haylas.
Resulta que tras dimitir González-Sancho directores de museos, exdirectores, comisarios...y demás levantaron el grito en el cielo para respaldar a esta mujer y criticar a la Junta... Hasta ahí normal, cada uno apoya a quien quiere, o a quien le interesa -económicamente- no faltaba más.
El problema es que con tanto apoyo, alguno se ha caído al suelo. Y ese ha sido el caso del anterior director del MUSAC Agustín Pérez Rubio, quien fue uno de los que dimitió, en su día porque "estaba agotado", aunque ahora dice que cesó por el “mangoneo” de la Junta.
Hasta ahí también normal, no faltaba más; el problema es que Pérez Rubio antes de irse el pasado mes de enero, se dejó cerrada una programación artística que le han deparado unos atractivos ingresos.
Que se sepa, ha cobrado de la Junta 12.000 euros por comisariar una de las exposiciones que se han inaugurado el 23 de junio en el MUSAC, de Itziar Ocariz. Pese a ello,cuando estaba presentando la exposición se ha permitido el lujo de dejar plantados a los asistentes e irse dignamente en apoyo a la exdirectora.
Eso es lo que ha salido a la luz, porque en la web del MUSAC figura que Pérez Rubio comisaría otras dos exposiciones de este centro; una de ellas, la de Lara Almarcegui, que comisaría junto a Manuel Segade, y que también programó él; y otra, una colectiva que inauguró el pasado 24 de mayo el MUSAC en el Espai d'art contemporani de Castelló, que la programó él o su sucesora, a la que apoya.
Está bien denunciar… pero la recta moralidad es exigible también a quienes denuncian.
Llegados aquí, se puede hacer una reflexión: Que la Junta fiscalice los gastos de los directores del MUSAC tiene lógica, porque es dinero público; que interfiera y mangonee la programación artística con criterios personales o amiguistas es reprochable: Pero de interferir, no debe consentir estos trapicheos que pueden ser legales pero que revelan dudosa ética y moralidad.
Detalle de la sede del MUSAC. guiarte.com