En España se ha aprobado un Real Decreto para regular la alimentación de las aves carroñeras que supondrá un importante avance en la conservación de estas especies y dará un respiro a los ganaderos y a las administraciones autonómicas, que se ahorrarán los gastos asociados a la recogida y procesado de las reses muertas.
En los años noventa se produjo una rígida gestión que implicaba la retirada de los cadáveres de los animales de las explotaciones ganaderas, a caudsa de la alarma ante la aparición de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, la “enfermedad de las vacas locas”. Esa falta de carroñas supuso un problema para la conservación de la fauna carroñera, y en especial para las rapaces necrófagas (buitres, alimoches, quebrantahuesos, milanos o incluso águilas).
El cierre de comederos y muladares y la prohibición de abandonar restos de animales en el campo, ha dejado a varias especies de aves, algunas de ellas en un delicado estado de conservación como el alimoche, el buitre negro o el milano real, sin su principal fuente de alimento. Ante esta situación SEO/BirdLife pidió en 2007 a la Comisión Europea, a través de BirdLife Internacional, medidas urgentes ante la situación crítica por la que pasaban estas aves, solicitando la modificación urgente del reglamento europeo que impedía el abandono tradicional del ganado que muere en el campo, para crear excepciones al menos, en aquellos lugares con importantes poblaciones de aves carroñeras, como es el caso de la península Ibérica, donde vive más del 50% de la población europea de estas aves.
Gracias a los esfuerzos de SEO/BirdLife, se impulsaron diferentes iniciativas para la aprobación de modificaciones en la reglamentación europea, se contribuyó a la creación de directrices ministeriales para solucionar este grave problema de conservación, y ahora se ha conseguido la aprobación de la normativa que lo regula.
Con la nueva legislación, se establecen “zonas de protección para la alimentación de las especies necrófagas”, donde se podrá autorizar la alimentación de las especies carroñeras fuera de comederos o muladares.
Esta medida tambien beneficia a los ganaderos. Los colectivos que cuentan con explotaciones en régimen extensivo, podrán reducir sus costes de producción, eliminando los gastos de los seguros ganaderos asociados a la recogida y procesamiento de los cadáveres o los costes derivados de los gastos de alquiler de la maquinaria para realizar los enterramientos las reses muertas.
Gracias a esta nueva legislación, se reducirán sensiblemente los costes medioambientales derivados de la gestión de los cadáveres, ya que los buitres se consumían anualmente alrededor de unas 10.000 toneladas de carroñas en España, evitando el gasto de combustible para la recogida, transporte e incineración de los cadáveres y la liberación de 193.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
La península Ibérica tiene un papel fundamental en la conservación de las aves carroñeras. En España se reproduce el 98% de la población europea de buitre negro , el 94% de buitre leonado, el 82% de alimoche y el 66% de la población europea de quebrantahuesos. Además, mantiene la tercera parte de la población nidificante de Europa de milano real y casi toda su población invernante, la segunda población nidificante de milano negro, la primera de águila real y a toda la población de águila imperial ibérica.
Quebrantahuesos en pleno vuelo. Imagen de Jose Carlos Glez (FCQ)
Seo/BirdLife elige al buitre negro Ave del Año