Por Tomás Alvarez
Desde su legendaria fundación (753 a.C.) Roma protagonizó una portentosa capacidad expansiva que la llevó a encabezar un imperio de dimensiones desconocidas anteriormente, hasta su caída en el 476 ante las mesnadas bárbaras.
Pero ese imperio ampliado por el vigor de las legiones, tuvo como trabazón una inmensa organización administrativa, unas magníficas realizaciones urbanísticas y un sistema de comunicaciones excelente, que servía a los intereses militares, burocráticos y comerciales.
Este sistema de comunicaciones aún provoca hoy nuestra admiración al contemplar los restos de las magníficas vías, con sus miliarios y soberbios puentes, aún orgullosos tras 2000 años de vida. Esas vías tejían una red que abarcaba desde el Finisterre hispánico a los confines del Éufrates, desde los límites de Caledonia hasta Egipto o Mauretania.
En Hispania,Mérida, Emerita Augusta, y Astorga, Asturica Augusta, eran sendos puntos clave. Augusto, de quien Mérida y Astorga llevan el apellido original, fue quien consolidó el Imperio Romano, imperio que llegó a su apogeo un siglo más tarde, con los emperadores hispanos Trajano y Adriano.
En tiempos de Augusto, se organizó la red viaria de Hispania a modo de anillo. Antes de que éste conquistara el territorio de Cántabros y Astures, ya había una buena red que iba por la vertiente mediterránea.
La Vía Domicia, que recorría el sur de La Galia, por territorio narbonense, entraba en Hispania por el Coll de Perthus y seguía un trayecto cuyos orígenes ya se esbozaron durante las colonizaciones griega y púnica, la vía Hercúlea, llamada más tarde Augusta, que bajaba por Tarraco(Tarragona) y Valentia (Valencia) para dividirse más al sur en dos partes: una iba por el valle del Guadalquivir hacia Corduba(Córdoba) e Híspalis(Sevilla) y otra seguía al lado del Mediterráneo, por Cartagonova (Cartagena).
Una y otra llegaban a Gades(Cádiz). Desde la franja del Guadalquivir había excelentes enlaces hacia Emerita Augusta(Mérida) y Olisipo (Lisboa).
Desde Tarraco avanzaba otra vía principal por el valle del Ebro, en dirección a Cesaraugusta(Zaragoza) y el Valle del Duero.
Fue desde los tiempos de Augusto cuando, fundada Asturica y conquistado el resto del noroeste peninsular, se situó a esta ciudad como eje viario del cuadrante noroeste de España. En Asturica fueron confluyendo las vías principales que venían desde Brigantium (La Coruña), Bracara Augusta(Braga, Portugal), Emérita Augusta y las propias que iban por el valle del Duero hacia Cesaraugusta y Burdigala(Burdeos, Francia), así como otras secundarias, una de las cuales era la que subía por Ferreras(La Cepeda) en dirección al puerto de Mesa y Flavionavia(entorno de Avilés).
La Vía de la Plata
El anillo de las vías de Hispania creado desde Augusto se basaba, en la que bordeaba el Mediterráneo hasta el Guadalquivir, en la que proseguía de hasta Mérida, la Vía de la Plata (Mérida-Astorga) y la de Astorga-Zaragoza-Tarragona; siendo los núcleos de, Hispalis, Emerita, Asturica y Cesaraugusta, las claves desde las que se articulaba el resto de la comunicación hacia el exterior y hacia el interior.
Tal como se detecta en la obra que aún pervive, en periodo de Augusto se consolidó el tramo de la Vía de la Plata en Extremadura. El tramo de Cáparra a Salamanca se hizo a partir de Nerón; luego se detecta bastante obra de Trajano y Adriano, cuyos miliarios llevan la palabra “restituit”, con lo que viene a demostrar que se trata básicamente de reparaciones de obra anterior.
Negociantes, guerreros, peregrinos, siguieron la senda histórica que hoy está en vías de una creciente revitalización, que puede ser fundamental para potenciar unos pueblos que han quedado al margen de los beneficios del desarrollo. El camino romano aún está en buena parte visible y transitable. Calzadas, puentes, miliarios, construcciones, etc. hacen de la Vía de la Plata la joya arqueológica del pasado romano español. Además, une dos ciudades claves romanas Astorga y Mérida; dejando en medio grandes urbes que incluso forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La Vía es un elemento de historia, de cultura y puede serlo que aprovechamiento económico. Para defender la esencia de la Vía de la Plata es necesaria la colaboración de todos.
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