Huellas de luz es la tercera de una serie de cuatro exposiciones (Miradas cómplices, Juegos de escala, Huellas de luz, Esperando una llamada) que tienen como objetivo estudiar los fondos artísticos que alberga el Centro gallego.
El eje principal de cada una de las muestras es siempre una selección de relatos que actúan como hilo conductor. La base narrativa en Miradas cómplices (29 de enero - 6 de abril) fueron relatos de Paul Auster, Edgar Allan Poe y Salvador Elizondo. En Juegos de escala (11 de abril - 29 de junio) el comisario se inspiró en relatos de Marcel Proust, Jorge Luis Borges y Jonathan Swift. En esta ocasión, Huellas de luz (11 de julio ? 14 de septiembre) parte de relatos de Máximo Gorki, Heinrich Böll (Los silencios del Doctor Murke) y Giovanni Papini (La nueva escultura, extraída de Gog. El libro negro).
Los artistas que forman parte de la exposición son Jannis Kounellis, Roman Signer, Manuel Vilariño, Jaime Aledo, Florentino Díaz, Gosbert Gottmann, María Pia Oliveira, Sam Samore, Tim White, Max Sudhues, Xavier Veilhan, Jorge Barbi, Agnes Propeck, Santiago Mayo o Mark Lewis, entre otros.
Paralelamente a esta muestra, el CGAC alberga también la primera exposición monográfica que un museo español dedica al artista belga David Claerbout (Kortrijk, 1969).
La muestra está compuesta de videoinstalaciones e instalaciones fotográficas de Claerbout, en las que se "difumina la tradicional barrera que separa el cine de la fotografía", concluyó Fernández Cid.