La exposición del escultor Ignacio Basallo consta de obras, compuestas de madera y piezas metálicas, con las que pretende "darle valor al volumen y a la profundidad, no con rotundidad, sino con sutileza"., según se expresó el artista en la conferencia inaugural.
Basallo marcó la renovación plástica en Galicia durante los años 80 y ha trabajado con la madera, estudiando su relación con el espacio. Se define como un artista "fiel" a la madera, con quien empezó a relacionarse, según contó, porque vivía encima de una fábrica de molduras para marcos de puertas y fue "cogiendo cierta confianza" con este material, al descubrir en él "cualidades que estaban casi ocultas".
A través de pequeños objetos y una veintena de esculturas de gran tamaño, el artista establece un diálogo entre la realidad de los materiales que usa y su interpretación, que tiene como resultado unas formas "poéticas", a medio camino entre la abstracción y la evocación. Según Miguel Fernández Cid, director del CGAC, decidieron llevar a cabo esta muestra con el fin de cambiar la "visión parcial" que se tiene de la obra de este creador gallego. En este sentido, destacó que la cotidianeidad de los elementos que componen sus figuras "facilita el acercamiento de mucha gente" pero precisó que este hecho "lleva a que se deje en un segundo plano algo que es mucho más importante y que tiene mucho más peso en su obra, que es su férreo compromiso con lo contemporáneo".
Basallo participó en las exposiciones del grupo "Atlántica" desde su primera edición, en un centenar de muestras, entre colectivas e individuales, y su obra está presente en importantes colecciones públicas y privadas, albergadas en centros como el Museo Nacional Reina Sofía, en Madrid.