La que hace cien años era auténtica capitalidad del arte mundial, no renuncia a sus iniciativas culturales, aunque ahora ya tenga gran relevancia en lo que se refiere a vanguardias, y se deba contentar con otras iniciativas alternativas, como es ésta de reunir importantes muestras de las culturas no occidentales. Situado el centro expositivo a la orilla del Sena, cerca de la torre Eiffel, Jean Nouvel es padre arquitectónico del proyecto, en el que se aúna funcionalidad con ecología: una especie de pasarela levantada sobre pilotes, por encima de un jardín de 18.000 metros cuadrados e inmersa entre 180 árboles de más de 15 metros de altura.
Una rampa de acceso conduce al la “zona de colecciones de referencia”, el corazón del museo (6.500 metros cuadrados), donde se exponen 3.500 objetos, acompañados de presentaciones temáticas. Asimismo se han previsto 2.000 metros cuadrados para acoger las exposiciones temporales.
El museo quai de Branly ha sido creado con un doble objetivo: la preservación y la presentación de colecciones, desarrollo de la investigación y de la enseñanza. Se ha previsto una programación regular de espectáculos en vivo relacionada con las exposiciones presentadas, contribuyendo así a convertir este lugar en una “ciudad cultural” de las artes no occidentales
El quai Branly cuenta con casi 300.000 objetos de los que expone unos 3.500. 236 509 obras de su colección provienen del museo de l´Homme ; otras 22 740 del antiguo museo nacional de artes de Africa y Oceanía, y otros 8.000 de adquisiciones de los últimos años.
En torno a la colección permanente, se articularán tradicionalmente otras muestras con elementos de la propia colección y de préstamos temporales, con el objeto de constituirse como punto de encuentro de las distintas culturas y de muestra de su riqueza, para lo que se dispone de además de espacio para presentar espectáculos, teatro, danza, etc.
El presidente francés, Jacques Chirac y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, estuvieron en la inauguración de este museo, el 20 de junio de 2006, ocasión en la que el jefe del estado francés explicó que con esta iniciativa Francia rinde homenaje a pueblos y artes minusvalorados con demasiada frecuencia a lo largo de la historia. Chirac precisó su convicción de la inexistencia de jerarquías entre las artes y los pueblos, rechazó el "etnocentrismo" occidental, algo que está en contradicción con la propia iniciativa de ubicar en París un museo que el propio estado Francés podría haber apadrinado para situarlo en algún lugar del Caribe o de Oceanía, si lo que se busca es en realidad la promoción de la igualdad de culturas y territorios.
Amazonia. Siglo XX. Pluma, frutos, madera y fibras vegetales. © musée du quai Branly