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Chagall, conocido y desconocido

Uno de los más famosos pintores surgidos en el este de Europa en el tramo final del XIX es Marc Chagall, a quien ahora se le dedica una gran exposición en el marco del Grand Palais de París.

El centro cultural pretende rendir un homenaje a este artista que, exiliado, desarrolló una parte importante de su carrera en París y en el sureste francés, donde falleció, en 1985.

Se presentan para ello 180 obras, de ellas 75 óleos, para enfocar de manera especial la relación que mantuvo Chagall -nacido en el seno de una familia judía de Vitebsk (Bielorrusia) en 1887- con el arte moderno y los temas tradicionales de la pintura.

El pintor.

Marc Chagall procede de una familia sencilla, judía. Trabaja en su lugar natal, en el estudio del pintor Yeyuda Pen, pero luego marcha a San Petesburgo, donde, gracias al mecenas Goldberg, puede entrar en la escuela de Bellas Artes. Pronto empieza a hacer cuadros sombríos pero llenos de poesía.

En 1910 llega a París y se instala en Monmartre. Conoce a gentes como Dalaunay y Modigliani. Aprende a utilizar más luz en sus obras; aprende a arrojar sobre el lienzo la luz del fauvismo, y estudia la aplicación del cubismo, aunque nunca llegará a ser un cubista. Lo que nunca olvidará es el país de origen, que tiñen sus trabajos de lirismo y nostalgia. Nunca dejará de lado los tipos de su infancia.

Ya en 1912 expone en el salón de los Independientes, en el 1914 lo hace en Berlín y luego marcha a su ciudad de origen donde se casa con Bella, que será la gran musa de su producción. El tema de la pareja será otro de los asuntos importantes de su pintura.

Este periodo ruso es tambien fecundo.....El país vive el periodo revolucionario y él es nombrado director de Bellas Artes en Vitebsk. En su escuela tiene a gentes como Malevich, con quien tuvo problemas. Acabó marchando a Moscú. En 1922 ya está de nuevo en París. Francia sería su segunda patria; acabaría nacionalizándose francés. Sólo cambio de residencia en los días de la segunda Guerra Mundial, para huir del nazismo.

Es cierto que hasta el fin de sus días siguió trabajando en una línea artística sumamente personal. Ni se adhirió al fauvismo o el cubismo en su primera visita a París, ni se alió al suprematismo en la vuelta a su país natal, ni lideró el surrealismo, de vuelta a Francia. Y en realidad pudo haber sido uno de los santones del surrealismo, pues desde sus orígenes se perfilan en sus obras elementos que encuadran perfectamente con el movimiento citado.

La muestra

Las obras elegidas para la exposición parisina muestran cronológicamente las diferentes etapas de la vida y la obra de Chagall, quien aspiró muy pronto a construir una obra pictórica, subrayó Jean-Michel Foray, director del Museo Nacional del Mensaje Bíblico de Chagall. Recalcó, asimismo, que si bien el éxito de público de Chagall es indiscutible e incluso aumenta regularmente con los años, su aceptación entre la crítica continúa siendo limitada y su influencia sobre los jóvenes artistas problemática.

A juicio de la crítica, añadió, tras los llamados "años rusos", de principios del siglo XX, Chagall dejó de ser un gran artista creativo y precursor del surrealismo para convertirse, una vez instalado en Francia, en 1925, en un pintor tradicional, "de enamorados y de flores", resignado a cierto academicismo. Y ésta es, precisamente, la hipótesis que la exposición quiere desmontar, mostrando las relaciones del artista con el cubismo, el suprematismo, el surrealismo y temas como el paisaje, la Biblia o el retrato, abordados siempre con gran libertad de estilo y, a menudo, a contracorriente, siguiendo sólo las más intuiciones personales.

Para analizar la obra de Chagall treinta años después de la anterior retrospectiva francesa, también en el Gran Palais, la exposición se divide ahora en cinco secciones: los años rusos, el teatro judío, la Biblia, la galería de las fábulas y los años franceses. En ellas revela que las relaciones del artista con el arte de su tiempo no fueron simples, pues se aproximó al cubismo y llegó a utilizar algunas de sus técnicas, pero nunca creó una pintura enteramente cubista. Tampoco adhirió al movimiento suprematista, sino que se alejó de la abstracción a partir de 1920, pintando el folclore y las tradiciones judías, ni se consideró nunca pintor surrealista, pese a la admiración que despertaron sus obras en el grupo.

Lejos de toda norma, moda o tendencia de su tiempo, Chagall construyó a lo largo del siglo XX una estética diferente y personal, sobre paisajes, rurales o urbanos; personajes bíblicos y circenses; ilustraciones de las fábulas de La Fontaine o retratos de parejas de enamorados "voladores", a menudo con perspectivas, colores y dimensiones irreales. El exilio fue para el artista una experiencia vital que le dio la posibilidad de ser "un artista paradójico y libre", subrayó Foray.

En París, la exposición permanecerá abierta hasta 23 de junio y podrá contemplarse luego, de julio a noviembre, en el Museo de Arte Moderno de San Francisco (EEUU).

Cartel de la muestra de Marc Chagall.

Cartel de la muestra de Marc Chagall.

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