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Los primeros americanos

Ciudad de México, 7 de agosto de 2013

Así se deduce de un estudio genético encabezado por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), según revela ahora este organismo mexicano.

Con base en estudios osteométricos, de ADN antiguo y pruebas de radiocarbono aplicados a los restos óseos recuperados en el municipio de Tula, en la Sierra Madre Oriental, se “demostraría que en esta área se encuentran indicios de uno de los linajes genéticos más antiguos de América”, asociados con el de los hombres primitivos que cruzaron por el Estrecho de Bering.

El proyecto de exploración y excavación de cuevas mortuorias en Tamaulipas busca “comprender mejor el origen, desarrollo, calidad y estilo de vida de las culturas milenarias que se establecieron en la región”, informó el antropólogo físico Jesús Ernesto Velasco González, del Centro INAH-Tamaulipas.

El experto dijo que los estudios de morfología craneal, de ADN antiguo y radiocarbono realizados a los materiales obtenidos, “van a permitir profundizar en el conocimiento sobre la extensión y prácticas culturales de los cazadores recolectores”, y su relación con otros grupos sedentarios que practicaban la agricultura.

Según informa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los resultados preliminares de la investigación, iniciada en 2009, indican que el ADN de los restos esqueléticos de cerca de 30 individuos, rescatados en 2011 en la cueva de La Sepultura, “podría ser muy antiguo, pues estos linajes se remontarían a grupos de diez y doce mil años antes de Cristo”.

Los fechamientos por radiocarbono de los restos óseos (dientes) y un fragmento de petate hallado en la misma cueva, los ubican entre los años 1387 a 1195 a.C. y 1313 a 914 a.C.

Velasco González precisó que estudios anteriores de ADN, realizados en el Paleo-DNA Laboratory of Lakehead University, de Ontario, Canadá, a muestras de un ejemplar momificado procedente de la cueva Escondida o Encantada, rescatado en 2008 por el arqueólogo Gustavo Ramírez, han permitido identificar el linaje mitocondrial (perfil genético) de estas poblaciones.

El perfil de ADN antiguo encontrado en la muestra de La Escondida “indica que pertenece al haplotipo C (conjunto de variaciones de ADN), el cual se ha asociado de manera general a diversos grupos que poblaron de manera temprana el continente americano”.

El antropólogo dijo que éste y otros análisis, como los que actualmente se llevan a cabo en los laboratorios Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio-Cinvestav), Unidad Irapuato, de Genética Molecular (de la Escuela Nacional de Antropología e Historia) y el de Antropología Genética (del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA)), traerán certeza sobre el origen de los grupos prehistóricos del Noroeste mexicano y su dispersión a través del tiempo.

Arqueología en cuevas

Para explorar la vasta región de las sierras Madre Oriental y de Tamaulipas, donde hay gran cantidad de cuevas prehistóricas y manifestaciones grafico rupestres, se formó un equipo interdisciplinario, con la participación de especialistas del del Instituto de Investigaciones Antropológicas, de la Universidad de Córdoba(España) y del Centro INAH-Tamaulipas.

Los trabajos comenzaron en 2009, en la cueva de La Sepultura, ubicada en el municipio de Tula. En septiembre de 2010, los arqueólogos Tonantzin Silva y Carlos Vanueth Pérez, informaron que se lograron rescatar 15 cráneos y huesos de al menos tres individuos, además de una muestra interesante de material perecedero, fragmentos de petates y objetos de madera con ataduras, determinándose que se trataba de fardos funerarios.

En octubre de 2011 se rescataron restos óseos de entre 26 y 30 individuos. El mismo año se inició el reconocimiento de otras cavidades ubicadas en el municipio de Tula, entre ellas la cueva de los Muertos, en la Sierra de Naola, donde se encontraron más restos óseos, así como cerámica y lítica.

Los huesos de la cueva de los Muertos fueron fechados entre 850 y 794 a.C., “pero la cerámica arrojó un fechamiento tardío: 200 a 600 después de Cristo, por lo que pensamos que hubo una reutilización posterior del mismo espacio”, detalló el arqueólogo Vanueth Pérez.

Uno de los hallazgos más recientes de restos mortuorios y cerámica se registró en la cueva de la Chamacuera, en el municipio de Jaumave, donde se halla un abrigo rocoso, conocido como Mesa de los Bueyes, de 120 metros de largo, “y también hay manifestaciones gráfico-rupestres”, agregó a su vez el antropólogo Jesús Ernesto Velasco.

En la pasada temporada, que culminó a finales del 2012, nuevamente se excavó en la cueva Escondida, municipio de Victoria, muy cercana la capital de Tamaulipas, donde se rescató una momia y otros dos esqueletos de niños, los cuáles serán analizados para saber su antigüedad.

Finalmente, se han ubicado otras oquedades en las sierras de Tamaulipas con gran potencial, como las cuevas del Tepozán, en el municipio de Bustamante, con presencia de arte rupestre; del Guano y el Fraile, en el municipio de Victoria, asociadas también a pinturas en abrigos rocosos y restos mortuorios.

Un total de 20 osamentas humanas fueron halladas en la cueva de La Sepultura, en Tamaulipas. Imagen INAH

Un total de 20 osamentas humanas fueron halladas en la cueva de La Sepultura, en Tamaulipas. Imagen INAH

Un equipo interdisciplinario explora la vasta región de las sierras Madre Oriental y de Tamaulipas. Imagen INAH

Un equipo interdisciplinario explora la vasta región de las sierras Madre Oriental y de Tamaulipas. Imagen INAH

El equipo ha desarrollados sus investigaciones en zonas montuosas. Imagen INAH

El equipo ha desarrollados sus investigaciones en zonas montuosas. Imagen INAH

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