Francia, 11 de marzo de 2014
La idea de señalizar un recorrido nació en 1842 en el bosque de Fontainebleau. Pero el concepto de sendero de gran recorrido fue inventado en 1947 en la Sologne (Orleáns).
En la actualidad, la red francesa tiene nada menos que 180.000 km de senderos señalizados, que se prolongan en otros 20.000 kilómetros de senderos en 23 países vecinos. Algunos son creados desde cero y otros retoman trazados históricos y conviven de este modo con tradiciones ancestrales, como la peregrinación a Santiago de Compostela.
La normativa del senderista implica cumplir unas normas y respetar el entorno: Permanecer en los senderos trazados para evitar erosionar y degradar en ocasiones unos terrenos frágiles en pendiente, limitarse en la colecta de flores, no molestar a los animales bajo el pretexto de observarlos de cerca, no llevar perro (perturba la fauna local), llevarse consigo los residuos del picnic, etc.
Recorrer Francia a través de sus rutas
Las rutas del camino de Santiago un patrimonio mundial
El origen del periplo se remonta el siglo X y su éxito dio incluso nacimiento al primer relato medieval a modo de “guía”, el Códice Calixtino.
En la actualidad, el más apreciado de los cuatro recorridos franceses a Santiago es la Vía Podensis, que une Ginebra y el puerto de Roncesvalles (País Vasco) pasando por Puy-en-Velay, Conques y Figeac.
El camino de Stevenson a través de las Cévennes
El escritor y aventurero escocés Robert-Louis Stevenson recorrió a pie (y con un burro de carga como único acompañante) parte de Auvernia y sobre todo las Cévennes rumbo al sur: ¡nada menos que 252 km en 12 días!
Este periplo por el país de los Camisards (protestantes rebeldes alrededor de 1700, tras la revocación del Edicto de Nantes por Luis XIV), entre el Puy-en-Velay y Alès, supera entre otras las crestas del monte Lozère (a 1.699 m de altitud).
Al borde del mar... Alrededor de la bahía del Monte Saint-Michel
Una gran ruta que bordea el litoral de la Mancha (el oeste del Cotentin, del lado de Normandía) desde la bahía de Veys (¡donde en ocasiones se puede observar una pequeña colonia de focas!) a la bahía de Saint-Michel, por las playas de guijarros y los “herbus” (prados salados donde pacen las ovejas). Sin olvidar... El litoral bretón, (antiguo sendero de los Aduaneros).
La Gran travesía de los Alpes franceses
Este recorrido une Bélgica con el Mediterráneo por los Vosgos y el Jura y el corazón de los Alpes, explorando los macizos emblemáticos, entre pastos de montaña y morrenas glaciares, ¡en ocasiones a más de 3.000 metros de altitud!
Este eje de montaña acaba de ser prolongado mediante la creación de una travesía del arco alpino bautizada Vía Alpina. Un hermoso reto que conecta el lago Leman con el Mediterráneo, desde los alrededores de Evian hasta Niza, recorriendo los macizos del Mont-Blanc, de la Vanoise, de Ecrins, del Queyras y del Mercantour.
El Tour del Mont-Blanc
Ninguna cifra está asociada al recorrido del TMB, cuyas siglas bastan para darle fama. Este circuito en bucle promete una decena de días de senderismo sin equivalente, con unas vistas increíbles de las diferentes vertientes del macizo más elevado de Europa, pasando por Italia y Suiza.
Los senderos que siguen el flanco de la montaña (denominados “en balcón”) permiten admirar y rozar unas cumbres y unos glaciares impresionantes que no hay que perderse.
La isla de la belleza... Córcega entre mar y montaña
Este recorrido salvaje sube una y otra vez desde Calenzana (dominando Calvi) hasta Conca (en las alturas de Porto-Vecchio), superando cimas a más de 2.500 metros de altitud (macizo del Cinto, macizo del Renonso, agujas de Bavella...).
Las alrededor de 20 etapas entre bosque alpestre y monte bajo mediterráneo exigen estar en buena forma física y tener una buena técnica, pero el esfuerzo realizado merece realmente la pena.
ATOUT FRANCE/Michel Angot
ATOUT FRANCE/Fabrice Milochau
ATOUT FRANCE/Hervé Le Gac
ATOUT FRANCE/Pascal Gréboval