Nueva York, 17 de marzo de 2014
Esta exposición, la primera a gran escala dedicada a la figura de Carpeaux en el MET, cuenta con cerca de 150 obras entre esculturas, pinturas y dibujos, organizadas en torno a los grandes proyectos que el artista emprendió durante su breve y tormentosa carrera.
En ella se reúnen préstamos internacionales que nunca antes habían viajado a los Estados Unidos, procedentes del Musée d' Orsay, del Louvre, del Petit Palais, y otras instituciones y colecciones privadas.
Jean-Baptiste Carpeaux fue un artista polifacético que esculpió como nadie la grandeza de las emociones y la belleza y dinamismo de la anatomía humana, capturando la carne y la sangre en la piedra.
Un artista que se sintió atraído por los extremos, desde Miguel Ángel hasta Watteau. Un precursor de Rodin, que impregnó su obra con movimientos fuertes, duros, viscerales.
La muestra del MET presenta algunos de los ambiciosos proyectos en los que el artista trabajó durante su carrera. En sus dibujos, modelos de arcilla preliminares, pinturas y estatuas de mármol, Carpeaux esbozaba su entorno constantemente y desarrolló una asombrosa variedad de temas y técnicas.
Carpeaux nació en 1827 en Valenciennes. Durante toda su vida padeció enfermedades físicas graves y violentos cambios de humor, sólo tenía 48 años cuando murió. A pesar de esta corta carrera, fue extraordinariamente productivo, y realizó una gran cantidad de obras, todas ellas de una calidad excepcional.
Jean-Baptiste Carpeaux. Ugolino y sus hijos, 1865–67.
Jean-Baptiste Carpeaux. La danza, 1869.
Jean-Baptiste Carpeaux. El Príncipe imperial y su perro Nero, 1865.