Lleida, 16 de mayo de 2013
Bajo este complicado título, la Obra Social ”la Caixa” aborda básicamente la evolución del paisajismo catalán, en relación con la evolución estilística moderna europea, a través de un conjunto de 49 obras pertenecientes a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
En el XIX, el romanticismo volvió los ojos del arte y de la literatura al paisaje. Desde entonces, los artistas se han centrado muy a menudo en la belleza o la espectacularidad de los campos, bosques, marinas, así como los panoramas urbanos, tendencia que cobró un vigor extraordinario en el Impresionismo.
A veces, unos artistas exaltan las relaciones de los hombres con la naturaleza; otros, estudian los efectos de la luz, los volúmenes o la geometría… Se han sucedido visiones distintas: paisajes realistas, que retratan minuciosamente el mundo visible, y paisajes de vanguardia, en los que la pintura adquiere autonomía respecto a la realidad de las cosas.
En la muestra que se presente en esta ciudad catalana se puede realizar un recorrido por la historia del paisaje en la pintura catalana y europea: desde el romanticismo de Théodore Rousseau y Lluís Rigalt, hasta los paisajes espectrales de Modest Cuixart, Joan Ponç y Antoni Tàpies, que, en la época de Dau al Set, a través del surrealismo, entroncaron con la tradición romántica.
En medio, el simbolismo de Maximilien Luce y Modest Urgell; el impresionismo y posimpresionismo de Claude Monet y Paul Gauguin, Joaquim Mir y Santiago Rusiñol; el retorno al orden de André Derain, Matisse y Pierre Bonnard, de Joaquim Sunyer, Rafael Benet y Josep de Togores; y la visión vanguardista de Georges Braque y Joaquín Torres-García.
Tal variedad de soluciones plásticas evidencia que el paisaje, lejos de una simple imitación del entorno natural, es una construcción cultural acorde con la estética, los anhelos y las ideologías de cada época.
La exposición pretende poner de relieve los contactos entre la pintura catalana y las grandes tendencias del arte de su tiempo, y muestra la estrecha relación que siempre han mantenido, desde los primeros viajes de Martí i Alsina a París, en la década de 1850, hasta el éxito internacional de Miró o Clavé. Es comisario de la misma Juan Ángel López-Manzanares, conservador de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
La cruz de término, 1891-1892. Santiago Rusiñol. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.