París, 5 de octubre de 2016
Nam Madol es un centro ceremonial construido antes de que los europeos navegaran por aquellas zonas. Y que en 2016 fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La isla se integraba en el archipiélago de las Islas Carolinas, descubiertas en 1526 por navegantes españoles, aunque no fue hasta 1595 cuando Pedro Fernández de Quirós, hizo una breve descripción de la misma. Pero los vestigios de Nam Madol apenas fueron divulgados, hasta que el siglo XX entraron en la leyenda de manos de escritores y ufólogos que no dudaron en atribuir las construcciones a civilizaciones míticas o incluso extraterrestres.
Ante la costa occidental de Ponapé, Nam Madol está integrado por un conjunto de 100 islotes creados artificialmente con columnas basálticas y bloques de coral.
En los islotes perviven los vestigios, en piedra de basalto, de palacios, templos, sepulturas y viviendas, que constituían el centro ceremonial de la dinastía Saudeleur y fueron construidos entre los siglos XIII y XVI, en un periodo de gran auge de la cultura de las sociedades isleñas del Pacífico.
Según señala la UNESCO, el tamaño colosal de las construcciones, así como la perfección técnica y la concentración de sus estructuras megalíticas, son un vivo testimonio de la complejidad de las prácticas religiosas y sociales de los pueblos insulares en ese periodo.
Pero el Sitio de la UNESCO tiene dificultades de futuro, por eso en el momento de su inscripción ya se colocó en el listado del Patrimonio en Peligro, debido a las amenazas que pesan sobre él, especialmente el enlodamiento de las vías navegables, que propicia el crecimiento incontrolado de manglares y fragiliza las construcciones, a la vez que el cambio climático facilita los efectos destructivos de las marejadas y el daño de la mampostería...
La arquitectura megalítica monumental de primer orden de Nam Madol se realizó con piedras de basalto provenientes de las canteras de otras partes de la isla. El tamaño, la gran concentración de estructuras y la técnica de las mismas dan testimonio de una autoridad poderosa y de las complejas prácticas sociales y religiosas de la sociedad, en un periodo en el que creció la explotación agraria y la población.
Las ruinas se conservan relativamente libres de elementos intrusivos, sin reconstrucciones de las partes originales. El cese total de su utilización residencial tuvo lugar en la década de 1820.
Nam Madol, Centro ceremonial de la federación de Micronesia © Osamu Kataoka/UNESCO.
Nam Madol, Centro ceremonial de la federación de Micronesia © Osamu Kataoka/UNESCO.
Nam Madol, Centro ceremonial de la federación de Micronesia © Osamu Kataoka/UNESCO.
Mapa de la ubicación de Nam Madol, ante la costa de la isla de Ponapé, junto a la pequeña isla de Temwen.