Según fuentes de la WWF, un grupo de 17 individuos armados entró el lunes en el Parque Nacional Dzanga-Ndoki y se dirigió a Dzanga Bai, lugar conocido como el "pueblo de los elefantes", un gran claro donde entre 50 y 200 elefantes se reúnen todos los días para ingerir las sales minerales presentes en las arenas, y donde se han escuchado disparos.
Este enclave es sumamente importante y está en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, incluido en el Sitio trinacional de Sangha, ubicado en la cuenca norocidental del río Congo, en el punto de confluencia de las fronteras del Camerún, la República del Congo y la República Centroafricana
El sitio abarca tres parques nacionales contiguos que totalizan una superficie de más de 750.000 hectáreas, donde las actividades humanas apenas han alterado la naturaleza. Cuenta con una vasta gama de ecosistemas de bosque tropical húmedo, y también con una flora y fauna muy ricas. Esta última comprende especies como el cocodrilo del Nilo y un gran predador: el pez tigre Goliat. En los claros de bosque crecen especies herbáceas, y la región de Dzanga alberga una población considerable de elefantes de bosque, así como gorilas de las planicies occidentales (en grave peligro de extinción) y chimpancés (una especie también amenazada).
Según WWF, Tres miembros de este grupo furtivo armados con rifles Kalashnikov se acercaron un grupo de personas de WWF y agentes locales pidiendo comida e información para llegar a la torre de observación en la Dzanga Bai, que es utilizada tradicionalmente por científicos y turistas para observar elefantes. Después de dar una pista falsa, los informantes escaparon, pero pudieron oír disparos de los furtivos.
También el lunes, guardas de la reserva confirmaron que individuos armados subieron a la plataforma de observación de Dzanga Bai disparando en dirección a los elefantes.
Tanto las organizaciones conservacionistas como los escasos guardaparques poco pueden hacer tradicionalmente ante el creciente poder de las grandes bandas criminales, fuertemente armadas, que actúan en diversos puntos del continente africano.
WWF ha demandado a la comunidad internacional ayuda para restaurar la paz y el orden en la República Centroafricana, país sacudido por la violencia y el caos desde el comienzo del año, lo que no solo causa gravísimos daños humanos sino pérdidas irreparables en los recursos faunísticos.
Jim Leape, Director General de WWF Internacional, ha declarado que "a menos que se tomen medidas rápidas y decisivas, es altamente probable que los furtivos aprovechen el caos y la inestabilidad del país para masacrar los elefantes que viven en este único sitio Patrimonio de la Humanidad.
También instó a Camerún y la República del Congo para prestar apoyo a la República Centroafricana en la preservación de este patrimonio de la humanidad que incluye zonas limítrofes de estos dos países.
Finalmente ha declarado que los gobiernos consumidores de marfil deben ayudar a controlar las bandas criminales, y en particular China y Tailandia, porque este consumo masivo es la causa del exterminio de los elefantes en África
Las principales organizadoras defensoras de la naturaleza y la legalidad están advirtiendo últimamente sobre la gravísima situación generada por la actuación de bandas criminales que están masacrando especies. En este sentido, hace apenas una semana, el secretario General de la CITES (Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres.) John E. Scanlon, denunció en una reunión de la Comisión Mundial de Derecho Ambiental (WCEL) el aumento inquietante del comercio ilegal internacional de vida silvestre, y muy especialmente la caza furtiva en los estados de África, donde se masacran los elefantes para obtener el marfil y los rinocerontes, para comerciar con sus cuernos.
El precio de estos productos y el crecimiento de su demanda en Asia están generando bandas armadas internacionales que destruyen santuarios de la naturaleza, especialmente en áfrica, especialmente allí donde la legalidad está condicionada por conflictos políticos,
Elefante de bosque muerto por furtivos, inspeccionado por guardias del Parque Nacional Dzanga-Ndoki, república Centroafricana. © Martin Harvey / WWF-Canon
Elefante del bosque (Loxodonta africana cyclotis) en el Dzanga-Ndoki National Park, República Centro Africana © WWF-Canon / Martin Harvey